REDACCIÓN. José Antonio, un hondureño de 44 años de edad, dejó su país hace varios años con un sueño en mente: cruzar a Estados Unidos para trabajar y así poder sacar adelante a su familia. Sin embargo, su travesía se vio truncada cuando sufrió un terrible accidente en el municipio de Reynosa, Tamaulipas, donde perdió su pie derecho al caerse del tren.
Después del accidente, José Antonio recibió atención de los socorristas y fue trasladado a un nosocomio donde estuvo internado durante meses hasta que le dieron de alta. Sin embargo, al intentar contactar a sus familiares en La Ceiba, Honduras, no obtuvo respuesta. En este sentido, con determinación, se dirigió al puerto de Tampico en busca de ayuda para regresar a casa.
Sentado en la calle Emilio Carranza frente a las oficinas de Relaciones Exteriores, José Antonio espera con una cartulina que dice: «Soy migrante de Honduras, por favor apóyame con una moneda, me caí del tren. Dios los bendiga». El hombre viste una playera blanca y pantalón de mezclilla, mientras ruega a los transeúntes por ayuda económica ya que no ha logrado encontrar trabajo que le permita reunir el dinero necesario para regresar a su hogar.
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«Quiero regresar a mi país»
Con el sueño de retornar a Honduras, José Antonio enfrenta más desafíos debido a su discapacidad y los problemas psicológicos derivados del accidente. Reconoce que en Estados Unidos estaría difícil encontrar empleo dadas sus circunstancias, por lo que desea volver a reunirse con su esposa e hijos.
«Quiero regresar a mi país, necesito dinero para llegar a Honduras. Pido ayuda para comer, antes era albañil, tengo hijos y mi esposa», comparte el compatriota.