Redacción. El maltrato infantil es un problema social que afecta a gran parte de la población hondureña, siendo el maltrato físico la modalidad con mayor prevalencia, pues el castigo corporal goza de amplia aceptación como método de disciplina en nuestro país, según expertos consultados por Diario Tiempo.
Desde hace varios meses, los titulares han sido ocupados por sombríos y dantescos hechos, madres quitándole la vida a sus hijos y a la vez niños muriendo en extrañas circunstancias, incluso estando bajo el cuidado de entes gubernamentales.
Además, es tristemente recurrente encontrar fetos o niños muertos en basureros, lugares abandonados o zonas con poca presencia humana. Todo forma parte de un círculo de maltrato y violencia con secuelas a corto, mediano y largo plazo en la sociedad hondureña.
Diario Tiempo se comunicó con varios expertos, quienes hablaron sobre la situación de maltrato que sufren niños de parte de sus padres y otros familiares.
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Papel de los padres
La directora nacional de Casa Alianza de Honduras (CAH), Cándida Sauceda, considera que sólo el hecho de maltratar a un niño es algo «condenable», y el hecho de llegar a matarlo es algo aún peor.
En declaraciones a Diario Tiempo, Sauceda indicó que es necesario crear campañas en contra de cualquier tipo de violencia, en especial contra los menores de edad.
«Los hogares deberían ser su lugar seguro, pero estamos viendo que mas bien los mayores actos de vulneración en los menores se están dando en las familias«, citó.
Muertes violentas
Informes de Casa Alianza indican que el pasado junio se registró un incremento de muertes en niños y jóvenes, al contabilizarse 14 decesos. Y en el mismo mes del 2022, se reportaron 18 defunciones por esta misma causa.
Además, desde 1998 a la fecha se han reportado 14,376 asesinatos de niños y jóvenes menores de 23 años en Honduras. La mayoría de los casos quedaron en la impunidad.
En tal sentido, Francisco Morazán y Cortés son los departamentos que registran un mayor número de muertes.
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Denuncias
Según indicó la directora de Casa Alianza, hay un problema que muchas empeora la situación para los niños, y es que muchos familiares optan por callar cuando existe un caso de maltrato.
En tal sentido, Cándida Sauceda insta a estos a no callar, pues la denuncia puede significar un cambio positivo para muchos niños, incluso salvarles la vida.
«Las mismas familias en ocasiones son cómplices de los abusos; no podemos parar este flagelo si no denunciamos», señaló.
A raíz del incremento de casos de abuso y violencia, Casa Alianza habilitó una plataforma para que los hondureños puedan denunciar.
Crisis
Al respecto, Wilmer Vásquez, director de Coiproden (Coordinadora de Instituciones Privadas por las niñas, niños, adolescentes, Jóvenes y sus Derechos), sostuvo que este tipo de maltrato es producto no solo de malos padres, sino que también de consecuencias de las crisis políticas y de la pobreza que azotan el país.
Vásquez puntualizó que el tema de la violencia infantil es un flagelo que lleva ocurriendo en Honduras «desde hace décadas».
«Ellos sufren una violencia estructural y ha sido una violencia que se ha originado desde el mismo Estado. Todo se acumuló durante décadas y el resultado es la vulneración de los derechos de los niños», insistió.
En tal sentido, Vásquez coincide con Sauceda, pues considera que en muchas ocasiones, personas ajenas al núcleo familiar saben que hay un niño o niña maltratado y se quedan callados.
«En Honduras, el maltrato es prohibido pero se ha normalizado. No solo ocurre en el país, es algo que azota a cualquier nación de Latinoamérica«, acotó.
Finalmente, aconsejó fortalecer a la familias, y pidió al Gobierno preocuparse más por el valor de las familias en la sociedad.
Castigos
Diario Tiempo también consultó con la psicóloga Scarleth Valeriano, quien considera que los padres hoy en día no deberían castigar a sus hijos con golpes, «sino con amor y compresión».
Valeriano explicó que el hecho de maltratar a los niños es un problema «a corto y a largo plazo», ya que en primera instancia los menores que sufren violencia pueden llegar a presentar varias complicaciones en su salud, tanto emocional como psicológica.
Además, cuando un niño es víctima de maltrato, casi seguro repetirá el patrón de violencia cuando sea mayor, pues un menor maltratado será un padre maltratador, según la psicóloga.
«Sabemos que cuando un niño sufre de violencia, ya sea física o psicológica, provoca que aumenten sus niveles de estrés. Son marcas que van a repercutir en la vida adulta del niño», ahondó.
Al ser consultada sobre cómo los padres pueden reprender a los hijos sin usar la fuerza, sugirió quitar a los menores un objeto valioso, como un juguete, evitando así golpearlo físicamente.
Finalmente, Valeriano considera que los padres deben entender que el maltrato físico es algo que debe quedar en el pasado.
«Los niños necesitan que nos pongamos al nivel de ellos. Muchas veces los adultos juzgan y castigan a los niños como si ellos también fueran adultos, y eso es un grave error», finalizó.