Ludovic Giuly recordó el momento en el que un desconocido joven de 16 años de poco más de 1,6 metros de altura dejó en ridículo a él y a toda la defensa del Barcelona en plena práctica.
El por aquel entonces entrenador del conjunto catalán, Frank Rijkaard, había incluido a algunos jóvenes de la cantera del club en el entrenamiento del primer equipo.
Sin embargo, lo que parecía ser una simple práctica se convirtió en una pesadilla. «Con solo 16 años, nos metió en la miseria a todos en una sola sesión preparatoria. Le daban palos por todos sitios para evitar que ese niño los pusiera en evidencia, pero él callaba, se levantaba y seguía jugando», relató el ex lateral en diálogo con el periódico español Sport.
Aquel ignoto jugador provenía de Rosario, Argentina, y había llegado de pequeño al Barcelona. «Cometía atentados en cada jugada. Era increíble. Se driblaba a cuatro jugadores y metía gol hasta el punto de poner nerviosos a los defensas titulares del equipo», contó Giuly.
Años más tarde, esa pequeña promesa haría su debut en el primer equipo y se convertiría en el máximo goleador de la historia del club y en una de las máximas estrellas del fútbol mundial.
«Era un extraterrestre. Nos mató a todos», sentenció el francés, que difícilmente se haya imaginado en aquel momento que el joven escurridizo sería lo que es hoy Lionel Messi.
