Iniesta y Messi: el emotivo abrazo de gol, quizás el ultimo del cerebro del Barcelona

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La goleada que le propinó el Barcelona al Sevilla en la final de la Copa del Rey no fue una más para el capitán y referente del conjunto azulgrana, Andrés Iniesta, ya que ante los inminentes rumores de su partida, pudo haber sido la última Copa que levantó como jugador.

Además de hacerse con un título, «El Cerebro» se despidió del torneo nacional con uno de los cinco goles, fue aplaudido por gran parte del público presente en el Wanda Metropolitano y una imagen del festejo resaltó por sobre las demás.

Con la victoria, el manchego consiguió su 31 título en sus 15 años dentro del primer equipo (los otros tres fueron en el Barcelona B). Hoy, con 33 primaveras, el futbolista ya definió su nuevo destino.

El histórico número ocho del Barcelona deberá anunciar la decisión que ya tiene tomada antes del 30 de abril. Tal como lo indica el contrato vitalicio que firmó con el club en el 2017. En el acuerdo se pactó que el jugador tiene el derecho de elegir si quiere continuar en la institución y de no hacerlo, deberá anunciarlo antes de la fecha pactada.

Se marcha Iniesta y sería razonable que durante un tiempo Tebas permitiera que ondeara a media asta la bandera de LaLiga. Con él se van una era y parte de un estilo. De juego y de vida.

Por su fútbol sencillo, infalible, casi musical, empezó y acabó el Barcelona una final sin equilibrio. Muy alejada de las previsiones, y que en media hora andaba lista de papeles.

¿Se va?

El partido de Iniesta, en realidad, no cerró una etapa, sino que abrió un debate. ¿De verdad puede el Barça permitir la salida de un jugador así; aún en buen uso? Se presume un luto largo.

Al menos una decena de veces al año será repatriado por Lopetegui. Merecerá la pena traerlo desde China, y desde Marte si es preciso.