Redacción. Una hondureña migrante y su hijo, de 8 años, murieron ahogados en el río Bravo, en su intento de llegar a los Estados Unidos.
De acuerdo con los informes preliminares, la compatriota fue identificada con el nombre de Jeimy Guillen. Ella quería darle mejores oportunidades de vida a su hijo, por lo que decidieron emprender el viaje juntos, pero las embravecidas aguas les arrebataron la vida.
Sus familiares se encuentran consternados y piden ayuda a la población hondureña para repatriar los restos y brindarles una cristiana sepultura.
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Ambos eran originarios de Meámbar, Comayagua. Sin embargo, residían en la colonia Infop de Potrerillos, Cortés.
Tras la noticia, varias personas lamentaron lo ocurrido y enviaron condolencias a sus familiares.
«¡Qué pesar tan joven! Muchos de los que estamos aquí le pedimos a Dios que nos guardara en ese camino, pero estando aquí se nos olvidó lo que un día le prometimos a Dios», comentaron.
«Que triste, se fue junto a su pequeño. Es dura la vida y uno queriendo encontrar algo bueno, busca la muerte. Dios les de fortaleza a sus familiares», indicaron.
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