TEGUCIGALPA, HONDURAS. Aunque los indicadores de seguridad reflejen lo contrario, alrededor de 240 docentes han pedido su salida de centros educativos por razón de que su vida corre peligro.
En ese sentido, Napoleón Bonilla, exdirector de la Departamental de Francisco Morazán, indicó que estos maestros fueron obligados a realizar la solicitud de traslado debido a las terribles condiciones que vivían en los institutos donde impartían el «pan del saber».
Por tal razón, se les aprobó la petición porque “no queremos poner en riesgo la vida”, además el derecho a ser trasladados a otros centros se contempla en la ley y es un beneficio “que no se le debe quitar a nadie”, señaló Bonilla.
De acuerdo con los datos de la estatal, la mayoría de los traslados fueron solicitados en el Distrito Central, al margen de que es en ese municipio donde se registraron más casos de inseguridad, “y por eso es aquí donde se presentan más solicitudes”, destacó el ex director.
Lea también: Educación interviene en seis direcciones departamentales
El traslado les ayuda a sentirse mejor
A criterio de Bonilla, al efectuar el traslado la situación psicológica y emocional de los educadores mejora en gran manera, “porque si un maestro tiene problemas personales en determinado municipio, con el cambio supera esa situación”, agregó el ex funcionario.
De tal modo que, pasan de vivir en un ambiente de angustia, a uno en el que sienten confianza y seguros de que nada malo les sucederá.
De igual manera, los docentes más perjudicados son los que imparten clases en centros educativos ubicados en barrios y colonias con presencia de bandas criminales y altos índices de violencia, ya que son objeto de amenazas, asaltos y del cobro de extorsión.
A su vez, el flagelo de la inseguridad afecta a la mayoría de hondureños que se ven obligados a desplazarse por todo el territorio nacional o afuera del mismo, en busca de paz y un mejor futuro.
