Redacción. En la comunidad de Waspán, ubicada en el norte de Nicaragua, una familia desenterró el cuerpo de una joven llamada María Isabel López Francis, con la esperanza de que reviviera, generando conmoción entre la ciudadanía.
López Francis falleció el 12 de febrero a los 24 años. Fue sepultada tres días después que la declararán muerta en el hospital Nuevo Amanecer del municipio de Bilwi. Sin embargo, el mismo día en que su ataúd quedó bajo tierra, sus familiares la exhumaron.
Medios locales señalan que sus parientes habrían recibido una llamada anónima en la que se afirmaba que a ella la enterraron viva. Esta advertencia, aparentemente sin fundamento, los instó a sacar su cuerpo a la superficie.
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Durante cuatro días, la familia veló el cadáver de la joven en su casa, esperando un milagro. Sin embargo, el estado de descomposición del cuerpo avanzó y finalmente, el 19 de febrero, se decidió volver a enterrarla en la misma tumba.
En redes sociales se difundieron imágenes del segundo entierro, que acumuló cientos de comentarios en los que, aparte de recriminar las acciones de la familia, internautas se solidarizaban por los dolientes y se compadecían la forma en que abordaron el proceso de duelo.
Usuarios han cuestionado también la decisión de los allegados a la fallecida de desenterrar el cuerpo, destacando que hacerlo habría generado riesgos en lo que respecta a salud pública.