SAN PEDRO SULA. Aunque parezca atractiva y divertida, la moda del eyeball tattoo rudimentario puede representar un serio problema para la salud ocular.
Aunque algunas personas, como el hondureño Braulio Bustillo, quien se tatuó artesanalmente los ojos luego de ver el programa “Tabú Latinoamérica” de National Geographic, dicen no presentar efectos secundarios, los expertos coinciden en que una mala praxis podría ser fatal.
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¿Qué es el eyeball tattoo?
En el argot médico, el eyeball tattoo se conoce como queratopigmentación y es un tatuaje que se realiza en la parte esclerótica o la córnea del ojo. Las razones de esta práctica incluyen la mejora de la apariencia estética y de la vista. Y no es una práctica nueva.
El filósofo romano Galeno de Pérgamo (131-210 a.C.), realizó el primer procedimiento de este tipo en el mundo. Luego se utilizó de manera esporádica como correctores estéticos.
Desde entonces, fue hasta 1869 cuando el cirujano oculoplástico Louis Von Wecker introdujo un nuevo método. Se necesitaron catorce siglos para que Wecker, diseñara, utilizara y llevara a la práctica el método moderno del procedimiento.
Un procedimiento clínico.
Actualmente, el tatuaje certificado de ojos se realiza en clínicas oftalmológicas especializadas y es practicado por médicos profesionales en el área que generalmente lo recomiendan para disimular las cicatrices de la córnea, injerto corneal, técnicas de queratoplastia y el reemplazo de lentes de contacto de colores.
Además, los avances en la tecnología han disminuido la probabilidad de desarrollar una densa leucoma corneal, tales como quimioterapias, entre otros.
Para ello, el galeno utiliza varios productos químicos como: tinta China (India), polvos metálicos, tinciones orgánicas, pigmento uveal de ojos de animal, tinta china y polvo de oro.
Sin embargo, las personas han comenzado a utilizarlo como una moda.
El peligro.
El problema es que muchos tatuadores aficionados han comenzado a aprender la técnica en internet y la aplican en personas que quieren ser parte de la moda a un precio bajo. Los médicos no recomiendan por ningún motivo este tipo de prácticas artesanales.
En esas zonas del ojo las inyecciones pueden ser difíciles de controlar. Una punción demasiado profunda, o muy superficial implica distintos riesgos. También se corre el peligro de que la tinta se propague sin control en el glóbulo ocular, lo cual es irreparable porque esa capa del ojo mide un milímetro de espesor.
Por esto los profesionales recomiendan siempre practicar la prudencia y asistir a un médico oftalmólogo de confianza para que realice el tratamiento sin ningún peligro ya sea por una condición clínica o por estética.
No se trata de prejuicios sino de su salud. Recuerde que a veces lo barato sale caro.
