Tegucigalpa, Honduras.- Rodeado de flores y acompañado por sus familiares, el doctor Ramón Custodio, pilar fundamental de la lucha por los derechos humanos en Honduras, dijo adiós este jueves. Sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio Jardines de Paz Suyapa, en Tegucigalpa.
La consternación y la tristeza invadían a todos los asistentes a la misa de cuerpo presente, que fue dirigida por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
El líder de la Iglesia Católica en Honduras, con sus palabras, resaltó la destacada labor que Custodio realizó en el país. Sobre todo en la década de los 80, cuando valientemente defendió la vida de los perseguidos por las dictaduras militares.
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Su legado
Ramón Custodio López se inmortalizó como una figura predominante en los momentos más oscuros de la historia de Honduras. Durante el proceso fúnebre, quienes los conocieron compartieron algunas de sus historias.
Uno de ellos fue Óscar Aníbal Puerto, considerado la mano derecha de Custodio durante la época de los 80.
«Solo condujo a la incomprensión de la mayor parte de los ciudadanos de su tiempo. A la persecución, por su inclaudicable defensa de los derechos humanos. Creo que de no haber existido el doctor Custodio, el número de desaparecido habría sido mayor», relató.
Y es que su legado fue más allá su profesión ya que, con su vocación innata, se volcó en ayudar a los demás. Y es por eso que distinguidas personalidades han lamentado su irreparable pérdida.
El sociólogo Julio Navarro destacó, ante un medio de comunicación, la valentía que caracterizaba al doctor Custodio pese a las adversidades.
«Era un hombre que en las condiciones más difíciles, de temor y de miedo que había en la sociedad hondureña, supo sacar la cara para crear institucionalidad, para proteger los derechos de los ciudadanos», expresó.
Un pilar de los derechos humanos
Custodio López creó el Comité para la Defensa de Derechos Humanos (CODEH) y, desde ese momento, la participación de esta organización ha sido crucial para establecer el Estado de derecho y la democracia.
Hugo Maldonado, titular del CODEH, recuerda la primera vez que tuvo un encuentro con el doctor Custodio.
«Yo ingresé al CODEH creyendo que era un grupo guerrillero. Le pedí un arma y lo que me dio fue la constitución de la República», recordó con pesar.
Del mismo modo, Maldonado detalló que le dio en sus manos la Declaración de los Derechos Humanos Universales y le dio un consejo que no podrá olvidar. «Aquí esta tu arma, me dijo».
Además, destacaron su tiempo como voluntario civil durante la guerra con El Salvador. Momento que hizo que el doctor Custodio forjara sus valores y coraje.
Un padre inolvidable
Durante su despida, el hijo de Custodio dedicó unas conmovedoras palabras a su padre: «Eres parte de esa hermandad de los veteranos de guerra, a quienes siempre debemos agradecer y jamás olvidar. Nunca dejaste que mi mami nos sacara del país por razones de seguridad», relató.
Del mismo modo, el hondureño destacó cómo la vida de su padre se asemejaba a una película de cual ellos fueron parte.
«Durante los años 70 dejaste tu vida pública para dedicarte a la docencia, ciencia e investigación. Fue a finales de esta década y junto a otros connotados hondureños que fundaste el Comité para los Derechos Humanos. Una historia de película fue tu vida», dijo.
Atentados
Además, el hijo del galeno detalló algunos momentos difíciles que tuvo que atravesar junto a su padre.
«Sobreviviste desde envidias y calumnias, hasta terremotos y guerras, tanta la del 69, como la de mayor intensidad en los años 80», expresó.
Del mismo modo, describió un acto de bondad y perdón que tuvo lugar luego de un atentado que recibió su padre.
«También recuerdo cuando Luis Posada Carriles, terrorista internacional, intentó asesinarte en un atentado en los años 80 en tu laboratorio de San Pedro Sula. Tú, al igual que el papa Juan Pablo Segundo, perdonó a quien intentó asesinarle», aseveró.
Por su parte, el periodista Julio Velásquez expresó los recuerdos que deja el doctor con su historia.
«En la época más cruenta y violenta para Honduras, cuando los militares se creyeron seres omnipotentes y se convirtieron en dadores de la vida y dadores de la muerte. Pese a las múltiples amenazas y atentados de los que fueron objeto él y los miembros de su familia, nunca dudó en salir a cualquier hora del día o de la noche para salvar la vida de muchos», indicó.
Velásquez manifestó que el apellido Custodio eternamente representará sentimientos positivos en el país.
«Tiempos inseguros en los que el apellido Custodio alentaba la esperanza de muchas personas para poder seguir viviendo», detalló.
El cuerpo de Ramón Custodio ya descasa en paz. No obstante, su legado trascenderá generaciones, quienes se sorprenderán de todas las hazañas que realizó mientras defendía los derechos de los hondureños.
