TEGUCIGALPA, HONDURAS. Las empleadas agredidas por el gerente general del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), Leonel Gómez, presentaron una denuncia ante el Ministerio Público (MP).
De acuerdo con el documento, las afectadas acusan al titular de esta institución por el delito de «acoso laboral vertical».
En este sentido, el documento relata los tratos que recibieron las tres afectadas por parte de gerente general de esta institución estatal.
«A partir del mes de mayo del presente año empecé a notar irregularidades como ser un trámite de viáticos en el cual me involucraba a mí. Yo le hice saber a la abogaba Francia Portillo que no es empleada del SANAA, pero Leonel la llevó como asesora de él», denunció.
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Del mismo modo, la denuncia explica que Gómez cambió su trato a las tres empleadas producto del reporte a la abogada.
«Desde ese momento, noté el cambio de Leonel hacia mi persona al darse cuenta de que, yo le había insinuado a la abogada Francia que los viáticos no estaban correctos», aseguró.
Asimismo, el escrito detalla que las hondureñas fueron apartadas de sus funciones y se les negó el acceso a las oficinas en varias ocasiones.
«Me fueron apartando de mi cargo y quitando funciones, como ser quitarme las llaves de las oficinas de las cuales yo estaba encargada», afirmó.
En este sentido, la denunciante también relata que le quitaron su computadora de trabajo y que borraron información.
Horario de salida
Las afectadas aseguraron en la denuncia que el reclamo por el horario de salida fue el detonante de la situación.
«Le manifestamos que no estábamos de acuerdo con el horario de salida a las seis de la tarde, porque de no tener una carga laboral no era necesario estar hasta esa hora que él decía», explica el documento.
En la denuncia, las empleadas expresaron que Gómez les dijo que estaban en puestos de confianza y que, a eso se debía su horario.
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«Al día siguiente de la discusión, no nos dejaron entrar a la oficina por órdenes de Leonel. Se nos hizo un traslado verbal hacia las oficinas de la Concepción donde el SANAA no tenía ninguna oficina», relató.
De igual manera, de acuerdo al documento, los malos tratos se intensificaron a partir del mes de junio para los tres asistentes.
«A partir de esa fecha iniciaron los gritos hacia mi persona y mis compañeras Idania, Joselyn y Beneidi de forma violenta y continua», lamentó una empleada.