Patricia Murillo Gutiérrez
Ya está en manos de la respectiva comisión para su dictamen, el anteproyecto de la Ley de Educación Integral de la Sexualidad en Honduras, introducido a la Cámara Legislativa por la doctora Scherly Arriaga, diputada por Cortes del Partido Libertad y Refundación, Libre.
Tocará ahora a los diputados y diputadas, valorar esta iniciativa que pone en perspectiva una de las más graves, diría imperdonable carencia en el acervo de nuestra sociedad: el no tener opción a una educación objetiva y responsable de la naturaleza sexual de los humanos, especialmente nuestros niños y adolescentes, que en el día a día son los segmentos más vulnerables de la ignorancia, las potenciales víctimas, aupado por la impunidad con que circulan un montón de leperos que van haciendo estragos.
La sexualidad es algo más que aspectos físicos, también es formación educativa, que toca a cada uno descubrir y sanamente desarrollar. Pero ojo el oscurantismo, el sectarismo religioso malentendido y con fachada farisaica, ha satanizado en algunos casos, el cuerpo y todos sus niveles, incluyendo el plano vital de la sexualidad. Y ello ha propiciado que nuestro pueblo ancestralmente se mueva entre la ignorancia, la chabacanería los mitos en este campo tan humano y tan natural.
Estas poses hipócritas nos han escamoteado como pueblo, la oportunidad de desarrollarnos integralmente es decir como seres sexuados, con dimensiones psicológicas, espirituales y culturales.
Aquí el más informado y con sucias intenciones en tantísimos casos, hace presa fácil de los y las jovencitos e incluso no tan jóvenes para saciar sus instintos y dejarlos después a la deriva. Honduras tiene el deshonroso mote ser junto a Guatemala hoy por hoy, los países de América Latina donde más niñas están dando luz a niños.
Y por su ignorancia muchos jóvenes trastocan el sexo en pornografía.
Aquí están a flor de piel los instintos, sin ningún autocontrol, donde el más listo, el más pistudo y el más bravucón utiliza el cuerpo del otro que no tiene defensa alguna dada su ignorancia o malformación intelectual en la sexualidad.
Al leer la exposición de motivos del citado Anteproyecto de Ley felicitamos a la proyectista, doctora Arriaga y a quienes con ella, han fortalecido esta iniciativa, como un derecho humano también a la educación y a una mejor calidad de vida.
Veamos algunos argumentos que justifican esta Ley: Preparar a niños, niñas y jóvenes para una exitosa transición a la adultez siempre ha sido un reto que la humanidad ha debido enfrentar. Hoy, en una sociedad con VIH/SIDA y con altas tasas de embarazos en la adolescencia la oportunidad más importante para cambiar esa situación está en cómo enfrentemos este desafío.
Debemos decidir: o dejamos a los niños y niñas encontrar su propio camino en la nebulosa de información parcial, la desinformación y la explotación que podrían encontrar en los medios de comunicación, Internet, grupos de pares o personas inescrupulosas; o aceptamos la tarea de proporcionar una educación en sexualidad clara, informada, sustentada en hechos científicos e inspirada en los valores universales de respeto y derechos humanos.
Ahora bien, los padres, las madres y las familias desempeñan una función vital en la formación de sus hijos en materia de sexualidad. Por ello necesitan ser capaces de conversar acerca de los aspectos físicos y conductuales de la sexualidad humana con sus hijos e hijas. Por su parte, los niños y niñas necesitan recibir la información y adquirir los conocimientos y habilidades que les permitirán tomar decisiones responsables sobre sexualidad, relaciones interpersonales y prevención del VIH y otras enfermedades.
! Diputados obras son amores ¡
