REDACCIÓN. Tras el largo recorrido que realizaron los cientos de emigrantes centroamericanos, el domingo pasado llegaron hasta la frontera de los Estados Unidos y México. En ese lugar hubo llanto, alegría y euforia todos pidiendo asilo, a raíz de la violencia que se viven en nuestros países.

El día lunes anterior la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos permitió que 25 personas de la caravana pudieron ingresar al territorio estadounidense para pedir asilo.

Entre ellos se encontraban dos madres hondureñas. Una de ellas era Gabriela Hernández quien esta embarazada y viajó junto a sus dos hijos. Esto debido a que ella tenía amenaza de muerte en contra de su hijo menor. Hernández abandono el territorio hondureño el pasado 25 de marzo y se unió en la caravana de emigrantes.

La semana pasada la cadena televisiva de CNN realizaron un reportaje a la mujer donde relataba que había huido del país a causa de las amenazas.

Hernández dejó a su marido por abuso doméstico. Pero luego miembros de las pandillas la encontraron y le exigieron que les dijera donde estaba él. Ellos le dieron 12 horas antes de que, según ellos, mataran a su pequeño de 6 años.

Esa noche, cuenta, tomó a sus hijos y salió del país. 

La otra hondureña era Telsa Rich, de 29 de años de edad. Quien viajó con su bebé de apenas 9 meses de edad y esposo. Quien tuvo que quedarse en México por recomendación de las autoridades de migración.

Tesla no podía creer que el sacrificio de viajar en el tren, caminar soportar el frío y calor tenía frutos, y aunque mostraba la emoción por la posibilidad de quedarse en Estados Unidos, su alegría no era completa. Tesla lloraba, tuvo que separarse de su esposo en Tijuana, siguiendo la recomendación que le dieron los abogados de que debía entrar sola con su hija.

Estaba despedazada y antes de ingresar agradeció a Dios y le pidió que pronto su esposo pueda unirse, ellas no tiene familiares en la Unión Americana y espera que alguien pueda apoyarla si la dejan quedarse.

En espera

Por otra parte, las autoridades de la frontera mencionaron que alcanzaron que alcanzaron sus capacidad máxima y que » temporalmente no eran capaces de aceptar a personas adicionales que viajaran sin documentación de entrada apropiada al puerto de ingreso para que fueran procesadas.»

Asimismo, docenas de inmigrantes prometieron acampar a las afueras del centro, a un paso de San Diego, hasta que “el último de ellos sea admitido en Estados Unidos,” dijo un organizador.