REDACCIÓN. Alrededor del mundo, personas en varios países del mundo dedican un cierto día del año y lo conmemoran a las Sagradas Escrituras.
Entre esos países están Argentina, Chile, Perú y Uruguay; sin embargo, tan solo los hondureños lo celebramos como una fiesta nacional. De hecho, Honduras es el único país en el mundo que lo celebra por un decreto civil estatal de 1987.
Para algunos, un día sin importancia, para otros, una de las celebraciones más esperadas del año.
Lo cierto es que, Honduras, a diferencia de otras naciones, cuenta con una población que en su mayoría dice ser creyente.
Pese a que no todas las personas se congregaran en una iglesia, sea cual sea la denominación, los hondureños han sido criados bajo el temor a un Ser Celestial y Todopoderoso.
Esto, según pastores de iglesias, pudo llevar a que en Honduras se decretara como una celebración oficial.
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A continuación, el Decreto de 1987:
DECRETO NÚMERO 157-87
Congreso Nacional de Honduras
Resolución Número 333-87 – Julio de 1987
CONSIDERANDO: Que el pueblo hondureño al igual que los pueblos de Latinoamérica desde su descubrimiento ha usado las sagradas escrituras como el instrumento que le ha ayudado a arraigar más su creencia en Dios
CONSIDERANDO: Que la Biblia es contentiva de una filosofía cuyos principios son el amor, la paz y la redención.
CONSIDERANDO: Que tales principios también han sido características del pueblo hondureño, por lo que, es conveniente que durante el año por lo menos haya un día que sea conmemorativo a la Biblia.
CONSIDERANDO: Que fue en un mes de septiembre que se tradujo la Biblia al idioma español.
POR TANTO, DECRETA:
ARTICULO 1. Declarar el último domingo de septiembre de cada año como el «DÍA NACIONAL DE LA BIBLIA«.
ARTÍCULO 2. El presente decreto entrará en vigencia inmediatamente después de su publicación en el Diario Oficial La Gaceta.
Dado en la ciudad de Tegucigalpa, Municipio del Distrito Central, en el Salón de Sesiones del Congreso Nacional a los veintiocho días del mes de septiembre de mil novecientos ochenta y siete.
Tegucigalpa M. D. C. 2 de octubre de 1987
