Redacción. En horas del mediodía de este sábado, sujetos desconocidos, fuertemente armados, abrieron fuego contra la fachada de una Iglesia Católica en Ilama, departamento de Santa Bárbara.
Hasta el momento se desconoce si alguna persona resultó herida o las identidades de las personas responsables de cometer este hecho. Aparentemente, los delincuentes habrían propinado alrededor de 8 disparos.
Los vecinos del lugar se mantienen preocupados y angustiados por este acto. Asimismo, manifiestan que las personas «ya no respetan ni lo sagrado, menos respetarán a los pobladores.
«Quienes cometieron este hecho no tiene respeto hacia Dios. Es increíble como personas hagan eso en un lugar tan sagrado, ojalá las autoridades policiales encuentren a los culpables», comentó un congregante de la iglesia.
Uno de los feligreses detalló que dentro de la iglesia no se encontraba nadie cuando los delincuentes abrieron fuego. Sin embargo, al darse cuenta de este hecho, el padre de la iglesia habría llorado al ver el sacrilegio cometido por los desconocidos.
Al lugar se apersonaron miembros de la Policía Nacional para acordonar la escena del crimen y posteriormente comenzar con la investigación del caso y, así, dar con el paradero de los malhechores.
Otro tiroteo en una iglesia
Un pastor evangélico de origen guatemalteco vivió un escalofriante momento mientras predicada en un live en redes sociales, pues desconocidos llegaron a atacar a disparos a su hijo.
El incidente, que fue capturado en video y se viralizó en las redes sociales, ha generado preocupación a nivel internacional. La víctima de los disparos aparentemente fue el hijo del pastor que predicaba en ese momento.
Aunque no hay detalles precisos sobre el incidente, las imágenes del pastor reaccionando al sonido de los disparos y los lamentos de las personas presentes en el lugar se han vuelto virales.
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En el metraje que se viralizó se puede observar que el pastor estaba predicando y de repente, se escuchó una ráfaga de disparos. Seguidamente, se pudo oír la voz de una fémina gritando, asustada por el hecho violento. «Dios mío, Daniel», gritaba la mujer.