Redacción. El expolicía Jarol Rolando Perdomo, condenado a cinco años de prisión por el asesinato de la estudiante de enfermería Keyla Martínez, habría recuperado su libertad tras cumplir la mitad de su pena, así lo denunciaron organizaciones de mujeres.
El pasado 02 de febrero, la portavoz del Poder Judicial, Lucía Villars, informó que el Tribunal de Sentencia de Siguatepeque sentenció a Perdomo, a quien durante el juicio oral y público se le acreditó su participación en la comisión del delito de homicidio imprudente y no por femicidio agravado, como se acreditó en la tesis fiscal.
No obstante, haciendo uso de lo establecido en el Código Penal, la defensa del expolicía solicitó medidas distintas a la prisión.
Al respecto, el Comité de Familiares de Desaparecidos y Detenidos de Honduras (COFADEH) dijo que el cambio del delito se habría dado con el fin de beneficiar al acusado, al recordar que el juez pasó el crimen de femicidio a homicidio imprudente.
La presidenta del COFADEH señaló que llegó a pensar que «por lo menos el juez no haría marañas para cambiar la tipificación del delito. Y se le cambió en tres momentos, pero el último resultó fatal».
Al igual que la organización, el Ministerio Público (MP) también se manifestó en contra con el fallo dictado al expolicía.
Y es que el pasado 14 de septiembre de 2023, anunció que interpondrá un recurso de casación por el fallo dictado a Romero.
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Caso de Keyla
Los hechos ocurrieron el 7 de febrero de 2021, en el interior de una de las tres celdas de la Unidad Departamental Policial número 10, con sede en La Esperanza, Intibucá.
Durante el juicio, los fiscales evacuaron pericias técnicas científicas y una serie de declaraciones de testigos que establecen la dinámica de los acontecimientos.
Entre las evidencias presentadas en el juicio se encuentra la inspección judicial de reconocimiento a la celda y los dictámines de video forense.
Los clips muestran el tiempo de cinco minutos en los que el imputado permaneció en el recinto donde se encontraba recluida Keyla. Y luego, de manera sospechosa, se mantuvo afuera sin retornar a su posición de asistente del comandante de la estación policial.
Además, la autopsia psicológica de expertos reveló que la joven no padecía ningún trastorno mental que la llevara a un suicidio. Asimismo, el dictamen de patología forense reveló que Keyla murió por homicidio.
Por otro lado, la investigación concluyó que la causa de muerte fue por asfixia, por obturación de orificios respiratorios. De igual manera, la prueba documental incluía material probatorio que demostró que existió manipulación en la escena del crimen.