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sábado, abril 27, 2024

¡Decepción e impotencia!

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Ondina Maldonado Zavala

En días pasados nos sorprendimos cuando el mismo presidente del país, afirmó que “No hay justificación alguna para seguir fomentando el odio entre la familia “ y pedir  “el respeto al prójimo, una vida en base a principios y valores, el amor que debe privar al interior de la familia, el respeto entre los amigos, el cariño entre los vecinos es fundamental para construir la nueva Honduras”.

Y todavía más cuando un pastor evangélico llega al colmo de afirmar que “los partidos deben dejar de ser populistas y dejar de buscar intereses personales”, advirtiendo a la vez “que es importante que los jóvenes (ésos que marchan indignados con antorchas en la mano) no se dejen manipular por la ideología y deben amar a su país”.

Claro, es fácil querer convencer cuando se tiene el poder en la mano, y que “se hará lo que se tenga que hacer” para que los “súbditos” obedezcan lo que se dicta desde un púlpito o la casa presidencial.

¿Acaso el pueblo no tiene derecho a sublevarse, en muestra de desacuerdo con la autoridad?
Es inconcebible como pueden llamar al pueblo a “contribuir  la paz y la armonía”, si los mal llamados “Padres de la patria” con su desmedida ambición de poder, fueron los primeros en actuar con odio, irrespeto, y falta de valores en contra del pueblo.

¿Si el Sistema Integrado Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (SIHCIC) hará el mismo efecto que la CICIH, por qué no elegir la CICIH? ¿Por qué tanto recelo para la instalación de la CICIH?.

¿Por qué los facilitadores de la OEA “presentaron al Ejecutivo una propuesta en la cual se niega la posibilidad de la instalación de la CICIH y que, en gran medida, valida la propuesta del Ejecutivo orientada a crear el denominado Sistema Integrado Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (SIHCIC)”?.

¿Por qué la SIHCIC, es una “decepcionante propuesta técnica que no aporta elementos de importancia para superar la crítica situación del sistema de justicia y la baja calidad de la democracia” en el país?

¿Por qué la OEA, no “hace lo que tiene que hacer” si uno de sus principales objetivos es la consolidación de los regímenes democráticos, la defensa y promoción de los derechos humanos, el apoyo al crecimiento de la economía y la defensa de la seguridad y de la paz?

La única salida a la problemática del país es seguir en la lucha ciudadana, levantar la voz en contra de la corrupción y unirse “en torno a una sola agenda”, en favor de una real democracia,  para una verdadera transformación social,  favorable para todos.

«Un pueblo que tiene memoria no repite los errores del pasado. En cambio, afronta con confianza los retos del presente y del futuro. La memoria salva el alma de un pueblo de aquello o aquellos que quieren dominarlo o quieren utilizarlo para sus propios intereses»: Papa Francisco.

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