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sábado, abril 27, 2024

Cuando veas la barba…

Debes leer

Víctor Manuel Ramos

De tu vecino cortar, pon la tuya en remojo. Así reza uno de los más populares refranes entre nuestro medio. Lo cito porque viene como anillo al dedo con motivo en lo que ocurre en Guatemala, en donde, por unanimidad de 132 diputados presentes en el Congreso, el Presidente Otto Pérez Molina fue desaforado y puesto a la orden de la justicia, como respuesta al señalamiento que de su conducta de corrupto hizo la CICIG y la Fiscalía General de ese vecino país. Todo esto, además, porque tras la decisión de la CICIG, de la Fiscalía y también del Congreso, hay un pueblo en las calles con la exigencia de un alto a la corrupción y la renuncia y el encarcelamiento de la vice presidenta, quien ya está tras las rejas, y del presidente, quien aún en las circunstancias de orfandad en que ha quedado, solitario en su presidencia, se obstina en no abandonar el puesto.

La fábula guatemalteca es muy larga de contar, además ya lo ha hecho magistralmente Luís Cardoza y Aragón en su memorable libro “Guatemala: las líneas de su mano”. Faltan –eso si- en ese texto, los últimos capítulos de la tragedia protagonizados por el ejército guatemalteco y la oligarquía como ejecutores de las más terribles masacres y humillaciones a que han sometido al pueblo guatemalteco.

El libreto es el mismo en Honduras y el apuntador, también el mismo: el gobierno norteamericano, interesado en mantener bajo su dominio al traspatio. Otto Pérez Molina llegó a tal desprestigio que resultó inútil para los planes norteamericanos y esa es la razón para que el embajador gringo en Guatemala no haya tenido empacho para pedir al Congreso que se le retire la inmunidad a Don Otto, el otrora aliado suyo. No les es útil porque su presencia agita a las masas, las indispone en contra del sistema, del statu quo, contra la pantomima de democracia y, además, porque están muy cerca las elecciones, en las cuales, muy obedientes, nuevamente, los guatemaltecos pareciera irán a votar por la perpetuación de lo que significa Otto Pérez, encarnado en otro engañador de serpientes, excúsenme, quise decir pueblos. Bien sabían los chapines la ficha que elevaban a la presidencia cuando escogieron a don Otto. Y bien saben ahora a quien van a consagrar.

En Guaymuras, el malestar que ha surgido en el pueblo con motivo de saberse que el presidente Hernández forma parte de la trama que saqueo al Seguro Social y que este saqueo condujo a la muerte a miles de compatriotas que no encontraron los medicamentos que necesitaban para superar la enfermedad, al conocer que el censo fue inventado porque los fondos se usaron en la campaña electoral del partido del presidente, en su campaña presidencial; al enterarse del atraco a otras instituciones del Estado y a los dineros del pueblo; decía que el malestar surgido en el pueblo que exige en las calles una Comisión Internacional en Contra de la Impunidad y la salida de Juan Orlando Hernández resulta tóxico para la oligarquía y para los norteamericanos. Temen que esto se desborde y nuestra escuálida Hibueras vaya a caer en las garras terroríficas del comunismo internacional. Por eso, no es remoto que un día de estos, el presidente Hernández ya no sea útil y que el mismo embajador norteamericano, para impedir los cambios que el pueblo exige, para evitar las transformaciones profundas que se reclaman para instaurar una legítima democracia, envíe a quienes realmente deciden en Honduras un mensaje insinuante de que saquen al presidente porque con su jugada vendrá otro a sustituirle con las mismas instrucciones, con el mismo servilismo y con el mismo odio a los hondureños de a pie.

Por eso, los indignados de Honduras no quieren componendas a escondidas, no quieren la misma mona en diferente palo, no quieren la falsa paz que les mantendrá en el atraso, la sumisión, la miseria y la ignominia. No permitamos que nos den atol con el dedo. Y por eso, también advierten al presidente que ponga su barba en remojo.

 

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