Redacción. El territorio de Honduras volvió a demostrar este 2023 su alto nivel de vulnerabilidad ante las lluvias, ya que en las últimas semanas se ha registro destrucción de vías de acceso, infraestructura, viviendas y pérdida de los cultivos del sector agroalimentario.
Honduras se caracteriza por ser productor y tener tierra fértil para obtener buenas cosechas. No obstante, las grandes cantidades de agua lluvia, que alcanzaron hasta los 200 milímetros en diferentes sectores del país, generaron pérdidas cuantiosas.
Pese a que este año se hablaba de pérdidas en el sector agrícola, por la sequía derivada del fenómeno de El Niño, en cuestión de semanas, lluvias por frentes fríos y remanentes de huracanes causaron intensas precipitaciones, con crecida de ríos y desbordamientos.
Las zonas productoras más afectadas hasta ahora son:
- La palma africana en el departamento de Atlántida.
- Cultivos de maíz en el Bajo Aguán.
- Las fincas bananeras en la zona norte.
- Café en diferentes puntos del país.
- Ganadería.
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El ingeniero Guillermo Cerritos, presidente de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH), detalló a Diario Tiempo que aún no se puede contabilizar con exactitud el nivel de las pérdidas. Sin embargo, destacó que será un equipo de especialistas quienes vean el lugar y determinen los daños.
Evaluación de los daños
De la misma manera, aseguró que ya se sostuvo una reunión con la ministra de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Laura Suazo. En el espacio, se informó que el equipo de técnicos está desplegado en el campo para poder así contabilizar la afectación a nivel nacional.
«Es un trabajo técnico y que se debe hacer bajo una metodología de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), para que le dé validez a la información del trabajo en campo», destacó Cerritos.
De la misma manera, recomendó que la Secretaría de Gestión de Riesgo y Contingencias Nacionales (COPECO) debe tener una unidad especializada que pueda determinar y contabilizar pérdidas y daños en el sector agrícola.
También, el experto contó que las pérdidas de cultivos se pueden determinar por diferentes factores. Entre ellos, plagas, enfermedades, altas temperaturas, sequías, inundaciones, vientos huracanados y la infraestructura que impide el transporte de las cosechas.
A su vez, Cerritos destacó que esta es una situación que se vive anualmente. No obstante, ningún ente ofrece a tiempo un informe de las pérdidas en el sector agrícola, punto que es necesario para iniciar con la recuperación de lo que se ha dañado, a fin de buscar la ayuda internacional.
Pérdidas cuantiosas en el país
Para el caso del Bajo Aguán, se registran hasta ahora pérdidas en los cultivos de maíz por arriba de las 100 manzanas de terreno, lo que representa monetariamente miles de lempiras.
Vitalino Álvarez, miembro del Movimiento Unificado Campesino del Aguán, sentenció que estas pérdidas de maíz son lamentables. Esta zona del país es una de las que más granos aporta al mercado nacional y es un medio de sustento económico para cientos de familias.
Asimismo, refirió que estas pérdidas de granos básicos van a provocar serias consecuencias en la dieta alimentaria del país, debido a que es un producto de primera necesidad.
Los productores del Bajo Aguán llaman a las autoridades de gobierno a tomar medidas para así mejorar las condiciones de las tierras y evitar estos escenarios. Las pérdidas se están registrando de manera anual, debido a las inclemencias del clima en el país.
“Si no tecnificamos la tierra, siempre habrá inseguridad alimentaria, debemos buscar nuevas tecnologías para que los productores tengan confianza de seguir produciendo”, contó Álvarez.
Otros productos
La zona norte (Valle de Sula) y el litoral atlántico (Colón, Yoro) de Honduras fueron de los sectores más afectados por las lluvias en las últimas semanas. Sin embargo, no se deja por fuera el sur, oriente (El Paraíso) y parte del occidente, que sufrieron los embates de los remanentes de la tormenta tropical Pilar.
De acuerdo con reportes preliminares, productos agrícolas como el frijol, palma africana y café, se vieron afectados por las grandes cantidades de lluvias.
En el caso del café, la lluvia provoca que el tiempo de maduración sea más rápido y en la actualidad los productores carecen de cortadores. En consecuencia, puede haber pérdidas significativas en el rubro.
En el departamento de Yoro, productores de palma africana hablan de pérdidas de hasta 3 mil manzanas de cultivos. Según los detalles, eso se debió a la filtración de agua por los bordos, que alcanzó varias parcelas de tierra.
La acumulación de agua provoca que los cultivos se dañen y adquieran enfermedades, por lo que la planta se pierde y el producto en su totalidad. En el caso de la palma, aguanta inundaciones, pero entra en un estrés hídrico y la situación se torna compleja.
Bananeras: vulnerables a las lluvias año a año
Las fincas bananeras son víctimas de la destrucción que provocan las lluvias en el país, y este 2023 no fue la excepción. Debido a las crecidas del río Ulúa, las pérdidas de los cultivos casi fueron totales en varias manzanas de terreno.
Este rubro es el motor económico de la zona de Pimienta, Cortés, ya que varias familias dependen de los trabajos en las fincas bananeras. Ante esta situación, aseguran que es preocupante, ya que se pierden empleos.
Ante este contexto, Cerritos detalló que, «el monitoreo no solo debe ser por las lluvias, sino también por la sequía o por el desfase. Nadie está determinando las pérdidas, por lo menos hasta el momento nadie tiene un dato oficial de cómo ha sido el impacto en las cosechas».
Medidas a tomar
Los productores claman al gobierno de Honduras y a sus diferentes instancias a intervenir en esta situación, debido a que dependen de sus cosechas. De la misma manera, se tiene que abordar el tema de una manera integral, debido a que la seguridad alimentaria está en riesgo.
También, refirió que una vez que se tienen los resultados, las instancias correspondientes deben evaluar si algún producto debe importarse, principalmente granos, para así garantizar la seguridad alimentaria en el país.