SALUD. La diabetes es una enfermedad crónica (de larga duración) que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía.
El cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos que come en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo. El páncreas produce una hormona llamada insulina, que actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía.
Con diabetes, el cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usar adecuadamente la insulina que produce. Cuando no hay suficiente insulina o las células dejan de responderla, queda demasiada azúcar en el torrente sanguíneo y, con el tiempo, esto puede causar problemas de salud graves: enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones.
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Consejos
Te brindaremos algunos consejos para que puedas vivir con esta enfermedad:
- Controlar de manera periódica los niveles de glucemia, tensión arterial y colesterol. Los autoanálisis aportarán información sobre el nivel de glucemia, lo que permitirá el autocontrol de la enfermedad, basado en aplicar correcciones en la dieta, en la medicación prescrita (si ya hay medicación) o el ejercicio.
- Realizar ejercicio físico de manera regular. Muchos pacientes con diabetes tipo 2 no necesitarían medicación si controlasen el sobrepeso y la obesidad con actividad física diaria. El ejercicio regular favorece la disminución de glucemia, mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a perder peso.
- Alimentarse de manera equilibrada. Los alimentos ricos en fibra son muy aconsejables, pues la fibra no se digiere y ralentiza el paso de la comida a través del estómago e intestino, lo que disminuye la absorción de hidratos de carbono (azúcares). También las proteínas, presentes en la carne, el pescado, los huevos, el queso o la leche, son necesarias para el crecimiento del cuerpo y la reparación de los tejidos. A su vez, es importante moderar el consumo de grasas y prevenir el aumento del colesterol.
- Mantener un horario de comidas lo más regular posible. Es importante realizar cinco comidas diarias y siempre a la misma hora, ya que esta regularidad contribuye a un mejor control de la glucemia.
- Ser precavido con el azúcar. Es fundamental limitar al máximo la cantidad de azúcares simples ingerida, ya que pueden provocar subidas rápidas de la glucemia. Salvo indicación médica en ese sentido, sí está permitido el consumo diario de azúcares que se encuentran en frutas frescas, leche o algunos derivados lácteos, mientras que azúcares refinados, miel o repostería deberían consumirse, en todo caso, de manera excepcional.
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