Tegucigalpa, Honduras. La ciudad de Comayagua fue escogida como capital internacional del Turismo Religioso 2018. También designada como sede del XIV Congreso Internacional de Turismo Religioso y Sustentable a realizarse del 12 al 14 de julio.
Este congreso mundial nació en 2006 con el objetivo de convocar a funcionarios, académicos, empresarios, especialistas y estudiantes a debatir sobre la importancia del turismo religioso y el impacto directo en el desarrollo local de las ciudades, regiones y países.
A través de un comunicado oficial emitido por la Fundación San José de Ciencias Humanas y Religiosas dirigido a Marca País de Honduras, se dio conocer oficialmente la designación.
Asimismo, la iniciativa de ser sede nació desde la participación de la Embajadora de Honduras ante Argentina, Invone Bonilla, con una propuesta basada en la religiosidad popular de Honduras.
La misma se expuso durante el Congreso en Córdoba de 2016; lugar donde se presentó el proyecto de Iglesias de Honduras a cargo del cardenal Oscar Andrés Rodríguez.
Cabe destacar que Honduras disputó el puesto para ser sede contra Pamplona, España, y Tarija, Brasil. Además, cuatro de sus ediciones se han desarrollado en Argentina, este año, Honduras tendrá el honor.
Turismo religioso en Comayagua
Durante Semana Santa, Comayagua es visitada por turistas europeos, norteamericanos, centroamericanos, asiáticos y de toda Honduras que llegan a la ciudad colonial para presenciar las míticas alfombras que decoran las principales calles.
De igual forman reflejan la devoción y la fe cristiana. La elaboración de alfombras de aserrín durante el Viernes Santo es una costumbre que ha pasado de generación en generación. Asimismo, la tradición cumple medio siglo en la ciudad colonial, antigua capital de Honduras.
Cientos de lugareños colaboran desde la víspera de la Semana Mayor para realizar las mejores y más coloridas alfombras de todo el territorio nacional. Este año, el atractivo turístico y religioso cumple 55 años de tradición en la elaboración de las alfombras.
Personas de todas las edades participan en la elaboración
Cabe destacar que en la elaboración participan desde los más chicos hasta los más ancianos. Las alfombrasse confeccionan en este municipio durante la procesión del Viacrucis y el Santo Entierro que atrae turistas.
Las alfombras representan paisajes o personajes bíblicos según el tema que elije la iglesia católica. Para este año el tema es: La creación y la protección de la flora y fauna. Para ello, se elaboraran unas 61 alfombras de 10 metros serán ubicadas a lo largo del recorrido de la procesión del silencio y el vía crucis, el jueves y Viernes Santo, respectivamente.
En esos días las calles que se adornan con los alegres colores de las alfombras religiosas son las calles de la Iglesia San Francisco, la Caxa Real, la Casa de la Cultura y la calle de la Iglesia de la Caridad hasta llegar a la Catedral de La Inmaculada Concepción.
Este magnífico trabajo artesanal es un esfuerzo de varias familias e instituciones que año tras año mantienen viva la tradición.
La elaboración de alfombras es sin duda considerado el evento más atractivo que se lleva a cabo en la ciudad, para preparar el camino de Jesucristo rumbo a la cruz.
Vale la pena resaltar que por su belleza y su importancia religiosa e histórica, las Alfombras de Comayagua ocupan el puesto número 13 en la lista de las 30 Maravillas de Honduras.
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De igual forma, la tradición se ha extendido a otras ciudades del país como Tegucigalpa y Santa Bárbara. De la misma manera Danlí, Copán Ruinas y Gracias.
Tradición histórica
La tradición de la elaboración de las alfombras de Comayagua nació hace 55 años, específicamente en 1963. Fue iniciativa de la distinguida dama Doña Miriam Mejía de Zapata.
Según pobladores, en esa fecha, llena de gran entusiasmo, Doña Miriam elaboró cuidadosamente la primera alfombra de aserrín, sin darse cuenta que era el comienzo de una importante tradición religiosa de la ciudad y del país entero.
Primera alfombra de aserrín
La primera alfombra de aserrín se elaboró en el atrio de la Catedral Inmaculada Concepción para recibir con júbilo y celebrar el nombramiento del Primer Obispo de Comayagua, Monseñor Bernardino N. Mazarella, de origen italiano, a la Diócesis de Comayagua.
Desde entonces, la familia Zapata, dirigidos por Doña Miriam, continuó año con año elaborando las hermosas alfombras de aserrín para la celebración del Viernes Santo en la ciudad.
Las alfombras se hacían frente a la casa de Doña Miriam. En la realización de los diseños participaban todos los miembros de su familia, dando lo mejor cada año.
Cabe recordar que en esa fecha las calles no estaban pavimentadas. Así que para realizar las alfombras primero se debía emparejar el terreno. Aunque era mucho trabajo, cada vez fueron más las familias que se unieron a la tradición hasta la actualidad que las afombras son una de las principales atracciones de Comayagua durante la celebración de La Semana Santa y un símbolo de la ciudad.
¿Cómo son elaboradas las alfombras?
En un principio, para elaborar las alfombras de Comayagua se utilizaba cordoncillo, cabuya o lazos de colores para ir delineando las imagenes y para rellenarlas usaban aserrín de colores.
Esas técnicas quedaron atrás, ahora se utilizan patrones o moldes de cartón o madera que tienen la forma de las figuras que se desean representar en las alfombras, aunque el aserrín se sigue usando.
Para realizar el diseño completo de las alfombras de Comayagua se utiliza:
- Aserrín teñido en varios colores para darle alegría, vistosidad y belleza a las alfombras
- Flores y semillas.
Comayagua es un sitio muy visitado durante la celebración de la Semana Santa. Hasta la ciudad colonial llegan cientos de turistas nacionales y extranjeros para disfrutar de la belleza, el colorido, la originalidad y el arte religioso representado en cada una de las alfombras de Comayagua.
¿Cómo nace la tradición?
La tradición de las alfombras nace inspirada en La Biblia; donde se habla de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. La gente feliz de recibirlo colocó palmas y ramas de árboles a lo largo del camino por donde pasaría.
Por lo anterior, pese a que las palmas sobre el piso están lejos de ser una alfombra, se cree que de allí nació la idea.
Antecedentes:
Las primeras alfombras religiosas se elaboraron en el siglo VII en Tenerife, España. Hechas a base de arena de colores y flores. Técnica y tradición que hasta la fecha se mantiene en aquella región.
Aproximadamente en la misma fecha, en América se diseñaban alfombras para recibir a los reyes y altas personalidades de la sociedad.
De igual forma, se cree que cuando los conquistadores españoles llegaron a América fusionaron ambas tradiciones. Por lo que fueron los Tlaxcaltecas, indígenas del Sur de México, y los Tz’utujiles de Guatemala, los primeros en poner en práctica esta tradición.
Sin embargo, fue en Guatemala donde la tradición de las alfombras ganó más popularidad; de allí la práctica se extendió a los países centroamericanos. En Honduras, la tradición comenzó en Comayagua.
