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martes, julio 16, 2024

Claves para dejar de ser una persona amargada

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Redacción. La amargura es un sentimiento que se relaciona con la frustración, el resentimiento y la tristeza, uno que a menudo surge como consecuencia de un evento de injusticia o desilusión. El sentimiento no solo afecta a quien lo desarrolla, sino también al círculo que lo rodea: amigos, familiares y colegas.

Cuando la amargura alcanza límites patológicos se considera un trastorno. Aunque no todos lo reconocen, muchos investigadores lo catalogan como trastorno de amargura postraumática (PTED, por sus siglas en inglés).

Ahora bien, dejar de ser una persona amargada no es fácil, aunque implementar algunos cambios en el estilo de vida puede ser de gran utilidad.

Cómo dejar de ser una persona amargada

La amargura es un sentimiento muy complejo. Esto se debe a que reúne muchas emociones, lo que genera una tormenta en el estado de ánimo de quien la desarrolla. Por esto, resulta tan difícil dejarla atrás, sin que esto implique que resulte imposible. Veamos siete consejos para dejar de ser una persona amargada.

Identifica los catalizadores de tu amargura

Como ya hemos mencionado, la amargura nace de un proceso que se asimila como injusto o tras una situación que ha causado gran desilusión. Un divorcio, un despido o determinadas características físicas son solo algunos ejemplos. Casi cualquier evento negativo que desencadene incertidumbre, ira, desorientación y deterioro del estado de ánimo.

Identificar cuál es la fuente de tu amargura es de gran ayuda para comprender por qué asumes esta actitud, también para intentar evitarla. En efecto, no lograrás superar este sentimiento si antes no resuelves los motivos por los cuales está ahí. Este es el primer paso para dejar de ser una persona amargada, algo que puedes hacer solo o en compañía de un profesional.

claves para dejar de ser una persona amargada
La amargura es un sentimiento muy peligroso.

Incluye una nuevo hábito o pasatiempo en tu rutina

Ser una persona amargada implica una acumulación de gran tensión y estrés. Hay muchas formas de canalizar esto, pero una de las más efectivas es por medio de hábitos o pasatiempos que impliquen movimiento o al menos distracción.

Jugar videojuegos, aprender un idioma o a tocar un instrumento, leer, escuchar música y escribir pueden ayudarte a lidiar con las frustraciones.

Procura, eso sí, que el hábito que elijas no se convierta en un nuevo asidero para tu amargura. Algunos de ellos requieren gran concentración y disciplina, y si no los abordas como es debido pueden hacerte aún más amargado. Prueba con varios hasta encontrar el que mejor se ajusta a tus necesidades y gustos.

Amplía tu círculo social

Hablar y compartir con amigos es una actividad distractora, una que puede ayudarte a aliviar la tensión y el estrés que tienes acumulados. Eso sí, no optes solo por hablar con ellos de manera virtual, sino que pacta reuniones presenciales. Hacer esto es muy importante para evitar el aislamiento, ya que este puede potenciar aún más el sentimiento.

Haz cosas que relacionas con la felicidad

Si tenemos que hacer una comparación rápida, podemos decir que la amargura es la antítesis de la felicidad. Ciertamente, cuando pensamos en una persona amargada, lo hacemos siempre relacionándola con la infelicidad. Para contrarrestarla, puedes incluir con mayor frecuencia actividades que asocias con un aumento de tu felicidad de manera subjetiva.

Amargura
La amargura es un sentimiento duradero de frustración, resentimiento o tristeza, especialmente por haber sufrido una desilusión o una injusticia.

A veces las cosas más simples pueden hacernos felices. Comer chocolate, comer con tus padres, salir a caminar o explorar la naturaleza pueden ayudarte a lidiar con esta actitud.

Haz un espacio en tu rutina semanal para que al menos una vez a la semana le dediques un tiempo a aquello que verdaderamente te hace feliz.

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Practica el perdón

En dos sentidos: el perdón que otorgas a los demás por cosas que han dicho o hecho, y el perdón hacia ti mismo. Ya hemos reseñado que la amargura se asocia con el resentimiento y este es la cara opuesta del perdón. En el momento en el que aprendas a perdonar, habrás dado un gran salto para dejar de ser una persona amargada.

Fuente: La Mente es Maravillosa

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