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martes, abril 16, 2024

Chelato: Al maestro con cariño

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Marlon Hernández

Decir Chelato es decir resultados positivos. Es ver a Honduras llena de gloria

Y es que Chelato es símbolo de éxito. En 1974, este “hombre de provincia”, como él se autodenomina, hizo de San Pedro Sula una fiesta. Chelato ganó el primer campeonato de futbol con el Real España para la ciudad del adelantado, la cual estaba atrasada puesto que en casi diez años de liga nunca había ganado nada. Yo sin ser españolista, al igual que el resto de los sampedranos, me uní a la fiesta.

Quizá su mejor hazaña fue clasificar a Honduras al mundial 82. Y es que no ha habido equipo hondureño mejor que el que él puso en la cancha en aquel mundial español. Y si la Concacaf hubiera tenido más espacios, también nos hubiera llevado al mundial de México 86, puesto que llevó a Honduras al segundo puesto, solo superado por Canadá.

Debido a que fui directivo del Marathón, tuve el honor de interactuar con el maestro. En el 2001, Chelato tomó las riendas del monstruo y por asuntos reglamentarios él no podía estar en la cancha de Santa Rosa dirigiendo contra el Deporte Sabio, pero si en la gradería. Allí fui su asistente de radio trasmisión para que él se comunicara con su entrenador asistente. La audacia de Chelato la vi en vivo. Resulta que durante el partido el equipo local hizo un cambio el cual el profesor lo consideró un error. Inmediatamente Chelato le mandó a decir a Pompilio Cacho, delantero de Marathón, que avanzara tres pasos. Tras acatar la orden del maestro y en menos de cinco minutos, Cacho estaba marcando el gol con el que el monstruo verde ganó esa contienda.

Después, en el 2002 y luego de 17 años de no ser campeón, Marathón se preparaba para jugar la final en Tegucigalpa contra el Olimpia. Los sampedranos habían ganado de local 4 x 1. Sin embargo, jugar en la capital igual era algo riesgoso. Fui entonces a saludar a Chelato antes que se fuera con sus jugadores. En la plática con él le pregunté “¿Profesor, ustedes van a traer ese campeonato? ¿Verdad?”

Poniendo su mano sobre mi hombro y dándome una lectura sobre la antigua Grecia me contestó “A los espartanos, cuando iban a la guerra a pelear, les decían ‘regresa con el escudo o encima de él’.” El ilustrado maestro continuó “Mire…” Lo vi buscar mi nombre mientras se rascaba la cabeza. Luego que se lo recordé, me dijo apenadamente. “A si hombre… Mire Marlon…” respirando profundo y con certeza sentenció, “nosotros vamos a traer ese campeonato o nos vamos a morir en la cancha.”

Un par de días más tarde Tuky Bendaña, Chelato y yo (de metido) estábamos en un carro de paila en el boulevard de SPS mostrando el trofeo de Campeón. San Pedro volvió a sonreír.

Chelato por donde pasa deja escuela. Hasta como diputado dio cátedra. Y al Maestro, hay que honrarlo. En un país en donde se le exige más al futbolista que a los que nos gobiernan, Chelato es un héroe que merece ser puesto en el billete de a mil. Y si no lo ponen, de malas, los gobernantes son los que se pierden el honor de honrar al único diputado que realmente ha hecho algo real y tangible por Honduras.

Mi respeto eterno y cariño al maestro.

Tengo que fe que se recuperará pronto. Porque con Chelato, nunca se sabe…

@Marlonglobal

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