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viernes, abril 26, 2024

Una tormenta perfecta y la COP-21

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Ruy Díaz Díaz, PhD

La Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático entró en vigor en 1994 con el objetivo de reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La Conferencia de las Partes (COP por sus siglas en inglés) fue designada como el órgano supremo de la Convención.

En la vigésima Conferencia de las Partes (COP-20) realizada en Diciembre, 2014, el Sistema de las Naciones Unidas en Lima-Perú continuó informando acerca del trabajo en los temas relacionados al cambio climático, con miras a la COP-21 a realizarse en París a partir de Noviembre 30, 2015.

Por su parte, los activistas climáticos afirman que el COP-20 realizado en el Westin Hotel y el Centro de Convenciones de Lima fue uno más de una larga serie de fracasos. Cerca de 11.000 delegados de más de 190 países se reunieron durante dos semanas a consumir gran cantidad de caviar Beluga y champán Domaine Armand Rousseau.

La COP se ha convertido en un culebrón discursivo de varias décadas con pocos resultados, a excepción de las abultadas cuentas de gastos. El problema reside en que cada país industrializado “tiene interés en permitir que otros reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en lugar de hacerlo ellos mismos” plantea Robert Hunziker en su articulo “La tormenta oceánica perfecta y definitiva:”

Mientras tanto, investigaciones recientes sugieren que la mortandad masiva de vida salvaje, especialmente la marítima, es más frecuente y alarmante que nunca. La rápida y catastrófica mortandad de organismos es un ejemplo de un fenómeno que afecta a las poblaciones naturales y es una señal de problemas graves que afectan a los fundamentos ecológicos del planeta, escribe Hunziker.

El cambio climático es la mayor amenaza para la salud del océano, pero además el exceso de acidificación, CO2, pesca, productos químicos, radiación de Fukushima y muy poco hielo del Océano Ártico con exceso de metano. Si el océano debe seguir funcionando a un nivel capaz de sostener la vida tal y como la conocemos hay que hacer frente a estos problemas.

Las consecuencias de lo externado se observan en los peces marinos de aguas profundas que viven en los taludes continentales a profundidades de 2.000 pies a una milla que sufren patologías hepáticas, tumores y otros problemas de salud. Se han encontrado pescados con una mezcla de órganos sexuales masculinos y femeninos, explica Hunziker en su artículo.

De esta manera, se está gestando en alta mar una tormenta perfecta potencialmente catastrófica y la única forma de impedirla o la menos demorarla es que en la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU de París COP-21, se consuma menos caviar y se tomen decisiones más contundentes para la salvaguarda de la vida en el planeta en general y de nuestra especie en particular.

 

 

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