REDACCIÓN. La ONG Médicos Sin Fronteras denunció un preocupante aumento de la violencia contra los migrantes en su recorrido por Centroamérica y México, en momentos en que el flujo migratorio también bate récords.
Según la organización, al presentar su informe anual, se da violencia sexual mayoritariamente en la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, y violencia física o secuestros en el noreste de México, en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Texas.
“Nos preocupa enormemente la normalización de las situaciones de violencia extrema, como la extorsión, el secuestro y la violencia sexual que afectan directamente la salud física y mental de esta población”, agregó. “Pareciese como si la violencia se hubiese vuelto un mecanismo de regulación del flujo migratorio” que, además, estuvo conformado por población más vulnerable.
Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió a un 36 % más de menores de cinco años.
El flujo migratorio por Centroamérica y México, con más mujeres y niños, superó sus propios registros en 2023. Se contabilizó más de medio millón de personas que cruzaron el Darién, una ruta controlada por el crimen organizado.
Pese a que muchas personas no denuncian la violencia sexual, atendieron a 232 personas por esta emergencia. Los casos detectados en Honduras y Guatemala se relacionaban con abusos ocurridos en el Darién y los del norte de Guatemala y México con abusos de las autoridades o secuestros.
En ocasiones, los migrantes sufrieron tocamientos para buscar dinero u objetos de valor en los genitales aunque no describieron estas prácticas como agresiones.
Preocupante cifras
En abril otra organización, Human Rights Watch acusó a Panamá y Colombia de no proteger a miles de migrantes que cruzan por el Darién. Ante eso, los gobiernos de ambos países respondieron pidiendo a la comunidad internacional más apoyo para hacer frente a la situación.
Según MSF, hay un deterioro en la situación de seguridad en muchos puntos de la ruta pero, además, el aumento de la incertidumbre debido a los cambios en las normas migratorias y la falta de información clara multiplicó la vulnerabilidad de los migrantes y, por ende la violencia, algo que se dejó notar en los últimos meses de 2023 en Tamaulipas.
En esa frontera noreste de México, MSF atendió a 775 víctimas de violencia. El 22 % de ellas niñas, niños y adolescentes. Una de cada cuatro consultas de salud mental en Matamoros y Reynosa fueron por secuestro, indicó Renata Viana.
MSF subrayó que el incremento de movilizaciones de extranjeros no debería implicar un aumento de la violencia, sino que “prueba la absoluta ineficacia de las políticas y mecanismos existentes para proteger a estas poblaciones”, dijo Camilo Vélez, jefe de misión adjunto, en alusión a garantizar su acceso a la salud, a un tránsito seguro o a protección internacional.
El informe habla de “violencia acumulativa” en casos de secuestro “como amenazas, violencia física, sexual, privación del sueño y de alimentos y agua. Además de reportes de violencia física extrema como quemaduras con ácido, fracturas y tablazos, e incluso mencionan haber presenciado homicidios”.
En Guatemala, la ONG recibió reportes de más 150 personas que regresaron de México por la violencia sufrida ahí.