CORTÉS, HONDURAS. Un guardia penitenciario, rigurosamente seleccionado para custodiar la principal cárcel de máxima seguridad de Honduras, en Ilama, Santa Bárbara, fue la persona que asumió la responsabilidad de abrir sin ninguna precaución la puerta de una de las celdas de donde salieron dos sanguinarios reclusos que dieron muerte a Magdaleno Meza Fúnez.
Meza Fúnez no era un reo común. Era el narco autor de las libretas que fueron presentadas en el juicio contra Juan Antonio Hernández.
En las imágenes, se mira a Magdaleno platicando con uno de los custodios de la cárcel, en una sala en la que solo estaban él, otros dos guardias, un aparente militar (por el uniforme) y un segundo recluso.
Magdaleno y el otro prisionero vestían una camisa blanca, mientras que los custodios lo hacían de negro, y el presunto militar parecía estar solo con la camisa que las FFAA usan debajo de la fatiga.
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En un punto de la conversación entre Magdaleno y la seguridad de El Pozo, desde atrás se mira cómo el militar se dirige a abrir una puerta ubicada al lado izquierdo del pasillo, desde donde salen otros reclusos, uno con un arma de fuego y otro con una navaja, y delante de todos los presentes ultiman salvajemente al narcotraficante. El militar no evitó el ingreso de los reos, al contrario, huye atemorizado de la escena, y los guardias tampoco intervinieron. Mientras el crimen ocurría, los demás reos amenazan a los guardias.
Aún cuando Magdaleno cayó inerte, el hechor continuó disparándole al punto que la pared se manchó de sangre. Por si fuera poco, el sujeto que entró con la navaja hizo cortadas en las piernas del narco, también lo apuñaló y luego le perforó el abdomen.
Una vez logrado su cometido, los reclusos regresan a la celda y dejan cerrada la puerta por la que salieron.
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¿Cómo explica Seguridad todo lo descrito anteriormente?
Ante todas las dudas que generó el vídeo, Luis Suazo, viceministro de Seguridad, dio una versión de cómo y por qué ocurrió el crimen dentro de la cárcel.
«La información que tenemos hasta ahora es que el director de El Pozo estaba platicando personalmente con Magdaleno Meza y un colombiano. Fue entonces cuando le dio instrucciones a un guardia que tenía cerca para que extrajera del módulo a dos reclusos y así decirles que se iban a restablecer las visitas. Ya una vez ellos lo supieran, la idea era que le informaran al resto de reos», dijo Suazo.
Cabe destacar que luego de este hecho en El Pozo y otro similar ocurrido en La Tolva, Morocelí, El Paraíso, FUSINA asumió el cargo y control de los centros de reclusión.
«Las acciones de FUSINA son para retomar el control en estos penales. Se ordenó
una pesquisa general que terminó a las 12:00 del mediodía y continuó la mañana de este domingo en todos los módulos para revisar que no hayan más armas», concluyó.
