Tegucigalpa, Honduras. Los quijotes en Honduras o aquellos que llamamos «locos apasionados por el deporte» cuesta encontrarlos, ya que su amor por el deporte está más allá de la remuneración económica.
En esta edición de Catracho Ejemplar conocimos al exboxeador y ahora entrenador Anthony Davis Buckley, originario de Utila, Islas de la Bahía. El 15 de septiembre de cada año en la paradisíaca isla se celebra un evento de pugilato, fue ahí donde conoció el deporte.
Emprendió un nuevo camino buscando su pasión y nuevo sueño por ser boxeador, lo que lo llevó hasta la capital de Honduras. Después de un tiempo tuvo la oportunidad de tener su primera pelea y seguir en la brecha boxística. Sin embargo, se detuvo a analizar la realidad del deporte de contacto en el país y «me di cuenta que se necesitaban entrenadores».
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«Habían boxeadores, pero los entrenadores que teníamos estaban limitados. Entonces decidí ser entrenador y salí al extranjero, a Panamá y Nicaragua a aprender lo más que podía», contó.
En Honduras, únicamente en el balompié llegan cursos para preparar a los entrenadores y en distintas categorías, hasta poder dirigir en ligas profesionales. Es por ello que Buckley pidió a las autoridades gubernamentales que se brinden los espacios para preparar a aquellos que sueñan con ver crecer a Honduras en los diferentes deportes.
«Un entrenador debe aprender de técnicas, tácticas, anatomía del cuerpo humano. Quisiera pedirle a las autoridades que así como mandamos a todos los deportistas a otros países a desarrollarse, así deberíamos enviar a preparar entrenadores», comentó.
Buckley dijo que personalmente sueña con sacar a un campeón mundial «nato hondureño» que haya sido entrenado y apoyado en el país.
Inicio del gimnasio
El proyecto de su gimnasio inició cuando su hijo Jonathan Gonzáles, hoy apodado «El Gavilán», tenía apenas 10 años de edad y quería practicar el pugilato.
«Le compré una pelota de fútbol cuando tenía 9 años y me dijo que no quería jugar fútbol, quería ser boxeador, encontró unos guantes que tenía en casa y así comencé con el gimnasio», dijo.
Buckley afirmó vivir en una colonia poco privilegiada de la capital y los niños al ver como entrenaba con su hijo, les llamó la atención y el isleño les abrió las puertas. «Comencé a dar clases gratuitas y con el paso del tiempo mi equipo de pequeños boxeadores creció, ahora estamos compitiendo», señaló.
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Actualmente, el equipo del gimnasio está conformado por cuatro niños y seis niñas, quienes participan en los diferentes torneos boxísticos. «El deporte es la puerta de salida para todos los niños pobres y todos sueñan un día ganar una medalla olímpica o un campeonato del mundo», reveló.
Y claro, la mayoría de niños está viendo las fortunas monetarias que se pueden adquirir en el deporte, a la cual aspiran «para comprarle una casa a sus mamás», contó.
EL DATO: Cuatro niños y seis niñas conforman la escuela gratuita de boxeo.
«Yo no cobro en mi gimnasio, porque cuando yo decidí entrenar a mí me cobraban una mensualidad, tenía que comprar vendas, guantes, los viajes y vi lo difícil que era. Decidí abrirle la puerta a los niños para darles un sueño y una nueva meta», expresó.
En Honduras, actualmente existen alrededor de 3,2 millones de personas con necesidades humanitarias en el país, 60% de ellas son mujeres, 37% son niños y niñas. El 59 por ciento de la población vive en la pobreza y más del 32 por ciento en pobreza extrema, según datos oficiales.
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Niños son de familias desintegradas
Anthony Davis Buckley en cada entrenamiento les da un mensaje positivo a los menores de edad, «los sueños se cumplen, no sólo en el boxeo, sino en cualquier aspecto de la vida, nunca debemos rendirnos», es ese mensaje.
El hondureño contó que sus «pupilos» vienen de familias desintegradas y el apoyo de sus padres es poco. Es por ello que dijo trata de enseñarles la ética del deporte y valores morales.
«El boxeo nos da disciplina y ese cariño del uno al otro, pese a ser un deporte de golpes, al final nos damos un abrazo», expresó.
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A corto plazo espera contar con el apoyo de diferentes personas para que su proyecto de llevar el boxeo a los niños se extienda por Tegucigalpa y Comayagüela, o a nivel nacional.
Los interesados en apoyar el proyecto de Davis Buckley, pueden donar los instrumentos deportivos, ya que no acepta dinero, sino el apoyo para sus pequeños boxeadores.
Puso a disposición su número telefónico +504 3269-8684 para que todo el que quiera apoyar se comunique con él.
LA FRASE: «Mi meta es poder impulsar un campeón del mundo nacido y crecido en Honduras, que se haya subido a rapiditos y haya comido baleadas».