Honduras. En el tapiz de la vida, a menudo encontramos figuras que brillan con una luz especial, destacando no solo por sus logros profesionales, sino también por su fuerza interior y su capacidad para superar obstáculos con determinación. Un ejemplo de ello es la hondureña Ana Lucía Rico, quien cuenta con una historia que sirve como un testimonio inspirador de empoderamiento femenino, lucha incansable, persistencia y dedicación.
La compatriota, de 37 años, ha sabido atravesar las dificultades y mantenerse firme para honrar a lo más preciado en su vida: su hija. Desde una edad temprana, la hondureña demostró ser una persona soñadora y luchadora, dos cualidades que la han caracterizado a lo largo de su vida.
Ana se describe a sí misma como una mujer luchona, una persona que ha optado por ser su propia jefa en lugar de conformarse con un empleo convencional. Esta aguerrida capitalina compartió en exclusiva con Diario Tiempo toda su trayectoria en los medios de comunicación, sus proyectos a futuro, su rol como mamá, entre otras cosas.
Infancia feliz, pero rodeada de desafíos
Ana Rico nació en el centro de la capital, en barrio El Bosque, donde pasó por momentos felices.
«Jugué mucho en la calle, anduve mucho en bicicleta, me gustaba tocar los portones y salir corriendo«, dijo.
Una de las cosas que más recuerda de su infancia es cuando soñaba con viajar, pues miraba pasar los aviones muy cerca de su residencia.
«Hoy en día he podido viajar, he podido visitar un total de 15 países y me siento contenta de recordar eso… Me llena de reflexión saber que para cumplir mis sueños tuve que salir de mi barrio«, relató.
Sin embargo, su niñez estuvo empañada por un triste recuerdo: la ruptura amorosa de sus padres. Según Rico, sumamá quedó a cargo de dos niños y «mi papá se vino a vivir a San Pedro Sula y formó una nueva familia. Eso fue desafiante porque como niña no comprendía los problemas en el hogar y me tocó vivir ciertos vacíos y necesidades».
A la edad de 23 años se aventuró hacia Sudamérica y a su regreso estableció su hogar en San Pedro Sula, ciudad que le ha abierto muchas puertas y permitido salir adelante.
Su paso por la televisión
Su viaje en el mundo de la televisión comenzó con pasos tímidos pero seguros. Ana demostró un talento para el baile, una pasión que la llevó a explorar oportunidades en el mundo del entretenimiento. Fue así como, tras una invitación inicial que rechazó, finalmente decidió probar suerte en un casting para Canal 30 en Tegucigalpa, un paso que marcaría el comienzo de una carrera brillante y llena de éxitos.
Ana encontró su amor en el mundo de la televisión como presentadora, un papel que desempeñó con gracia y habilidad en programas como Café Caliente y Calle 7. Su tiempo en este último programa, al lado del presentador Gustavo Vallecillo, fue significativo.
«Yo la tuve bien difícil en Calle 7, porque venía del formato de estar sentadita en una revista; muchas veces me llamaron la atención, me decían: ‘Ana te queremos despierta, Ana nunca dejés de hablar’… Pero fue una gran bendición porque el haber estado ahí, me ayudó a conocer muchas marcas«, señaló.
El camino de Ana en la televisión tuvo sus altibajos. Después de cuatro temporadas exitosas en Calle 7, decidió tomar un descanso para enfocarse en un negocio temporal que quería impulsar. Aunque su retiro fue temporal, regresó y participó en cuatro temporadas más antes de tomar la decisión de retirarse definitivamente debido a su embarazo y la necesidad de enfocarse en su familia.
A pesar de su retiro, el deseo de volver a la televisión sigue vigente en Ana. Aunque ha rechazado varias ofertas tentadoras, su pasión por la televisión sigue intacta, y no cierra la posibilidad de retornar a la pantalla.
Emprendimiento y autonomía
Ana Rico no se conformó con brillar sólo frente a las cámaras, también se embarcó en el mundo del emprendimiento. La guapa catracha ha construido varios negocios personales, ya que su enfoque principal se centra en la distribución de productos nutricionales, como suplementos, donde ha desarrollado una base de clientes.
Además de eso, Ana también ha incursionado con éxito en el mundo del marketing y la publicidad en redes sociales. Ella utiliza sus redes sociales para promocionar diferentes marcas. Incluso ofrece su servicio como maestra de ceremonias, pues su carisma, habilidades de comunicación y pasión por el entretenimiento la han convertido en una figura muy solicitada en una variedad de eventos y campañas publicitarias.
Su rol más importante: ser mamá
La vida personal de Ana Rico también ha estado marcada por desafíos y decisiones difíciles. Después de dejar un antiguo amor, Ana encontró consuelo y esperanza en los brazos de un nuevo compañero, Ángel, con quien finalmente dio la bienvenida al mundo a su hija Ana Lucía.
Sin embargo, el camino hacia la maternidad no estuvo exento de dificultades, ya que tuvo el desafío de ser madre soltera. Pero en lugar de flaquear ante la adversidad, Ana abrazó su nuevo papel con determinación y coraje, comprometiéndose a brindarle a su hija el amor y el apoyo que necesitaba.
«Tomar la decisión no fue fácil, pero con el tiempo vimos que fue lo mejor. Yo estoy muy agradecida con él porque fue un hombre comprensivo todo el tiempo, en todo momento, es un buen papá que ha estado presente lo más que puede«, expresó.
A pesar de los golpes amorosos, Ana no pierde la esperanza en el amor y el futuro. Sueña con encontrar a su compañero de vida, alguien que comparta sus valores y su visión de formar una familia.
«Quiero tener un novio que me pida que nos casemos, que tengamos hijos, un perrito, pero por el momento estoy bien, cuido mucho mi soltería, y solo espero el príncipe azul que Dios tiene para mí«, dijo.
Empoderado consejo
Con su experiencia y sabiduría, Ana dio valiosos consejos a las madres solteras que enfrentan desafíos. Ella enfatizó en la importancia de fortalecerse mental, emocional y espiritualmente, recordando a las mujeres que no necesitan depender de un hombre para prosperar.
«Estamos obligadas a fortalecernos a nosotras mismas, a fortalecer nuestra mentalidad y espiritualidad, y a aprender que no necesitamos depender de un hombre para seguir adelante«, señaló Ana.
Reconoció que si bien existen hombres irresponsables, la justicia divina eventualmente se manifestará. Sin embargo, insistió en que las mujeres deben liberarse del peso de la culpa y avanzar hacia la felicidad.
«Nosotras vinimos para ser felices y ninguna de las parte merece estar en alguna parte donde no es feliz», externó, a la vez que subrayó que la felicidad individual es fundamental tanto para los padres como para los hijos. «Mi hija es muy feliz y ve a sus padres como modelos de conducta», compartió.