Tegucigalpa, Honduras.- El sector productivo comenzó la temporada con una proyección que sugería una cosecha de al menos 16 millones de quintales de granos básicos como frijol, maíz y arroz; sin embargo, en medio de las dudas generadas por el verano prolongado que azota el país, las estimaciones disminuyeron en más del 25 % y ahora se espera una cosecha de 12 a 10 millones de quintales.
El director ejecutivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), José Abelino Chacón, fue quien dio a conocer esta caída de 4 o 6 millones de quintales en las proyecciones iniciales.
Chacón además especificó que la proyección se redujo porque la sequía está generando enormes pérdidas para el sector, ya que los inventarios de alimentos para la temporada crítica se están terminando, generando una reducción hasta del 50 % de la producción agrícola y ganadera.
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«Al haberse alargado la temporada, los productores están teniendo problemas con la alimentación. El productor tiene que sacar dinero de su bolsillo para comprar alimento donde sí tengan inventario. Eso significa mayor costo», indicó.
Los problemas que genera el Fenómeno del Niño en las tierras productivas, llevan al productor a una desmotivación y a invertir en otros rubros para recuperar su capital.
De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Honduras al menos 5.9 millones de personas enfrentan la inseguridad alimentaria. La cifra refleja que al menos el 56.1 % de la población total tiene problemas para acceder o comprar alimentos suficientes o nutritivos.
Invisibles
El productor Dulio Medina afirmó que el sector productivo ha sido olvidado por los diferentes gobiernos y que el actual no es la excepción. También sostuvo que «tal vez logramos alcanzar la producción de los 12 millones de quintales«.
«La situación en el campo está difícil, el terreno está duro, no se puede sembrar para tener lista cosecha. Hay productores desmotivados por el bajo precio que se está comercializando el producto. Los productores de Colón, los bajos de Choloma y Comayagua están vendiendo el quintal en el mercado informal a un precio de 350 lempiras, por debajo de los costos de producción», denunció.
Medina afirmó que los bajos precios se deben a la masiva importación de maíz amarillo sin regulación alguna, a pesar de que no cuenta con la calidad adecuada para el consumo. Además, reveló que los productores tienen poco acceso a los créditos que ofrece el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Bandesa).
«En Banadesa hay un buen porcentaje de fondos asignados, pero desgraciadamente lo regula la banca privada. Muchos productores están en la central de riesgo por las pérdidas que han tenido y por eso tienen poco acceso a los créditos«, indicó.
El productor criticó que los Bonos Tecnológicos que impulsa el gobierno apoyan sólo al pequeño productor. «Una parte va en un sistema político que al final tiene un mal origen», criticó.
Urgente
Medina, por otra parte, afirmó que al sector productivo le urge la creación de seguros de la siembra y mayor acceso a financiamiento, así como atender el eslabón de las pérdidas provocadas por el cambio climático para conocer «si las tierras no son las adecuadas».
«Hay que regular a las casas comerciales que venden los insumos demasiados onerosos y no están al alcance del productor. No tenemos un seguro agrícola para poder cubrir las pérdidas y no tenemos la cobertura de asistencia técnica», indicó.
Concluyó pidiendo a las autoridades la apertura a los financiamientos, pues el bono «medio ayuda» a la subsistencia de la producción.
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La SAG trabaja en garantías
Por su parte, la titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Laura Suazo, expresó que en la política agraria que está ejecutando el ente estatal atenderán las necesidades del sector.
«La política propone una estrategia de financiamiento alternativo y es lo que estamos revisando. Estamos revisando el tema de fidecomisos, algunos que estaban perdidos y hemos abogado para que se conviertan en contratos de administración con banca privada y pública», señaló.
Asimismo, Suazo manifestó que están trabajando en conjunto con la banca internacional y nacional para promover una tarjeta de crédito única con la que los productores puedan adquirir los insumos que necesiten.
«El problema es que si sacan un préstamo y no tienen seguro que proteja el cultivo, con la variabilidad climática que hay es un riesgo. Tenemos que entrarle a ese tema», apuntó.
La ministra de la SAG cerró afirmando que tienen el conocimiento de la falta de garantías para los productores, por lo cual anunció que trabajarán con diferentes entes financieros para solventar ese inconveniente. «En Honduras tenemos buenos productores, no tienen financiamiento, necesitan garantías. Hemos trabajado con empresas nacionales e internacionales, hemos firmado convenios para hacer que haya garantías», explicó.
Datos oficiales de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta) de la SAG detallan que en 2022 destinaron 700 millones de lempiras para financiamiento a 470 mil productores. En el 2023 invirtieron unos L1,000 millones. Las autoridades esperan que la inversión no se reduzca para este año.
De cara a la temporada lluviosa, los productores guardan la esperanza de que no llegue un invierno devastador que les impida reponer sus tierras y los cultivos. Del éxito de los productores depende disminuir la alarmante cifra de hondureños bajo inseguridad alimenticia.