SAN PEDRO SULA, HONDURAS. Con la voz entrecortada, Blanca Estela Pérez de 33 años de edad contó su triste historia que desde hace 5 años le ha quitado el sueño cada noche por la enfermedad su su amado hijo Eduardo José que no escucha ni mira, enfermedad relacionada con un parálisis.
Respira profundamente para no llorar y comienza a narra el fatídico día que los médicos le dieron el diagnóstico de su niño, quien vino al mundo de forma prematura y con bajo peso.
Doña Estela vende todos los días opa, trastes usados, refrescos y otras cosas en una casa donde el piso es de tierra, la cama está sostenida en bloques, en esa misma duerme su el niño, su mamá y su abuela.
¿El esposo? Según relato de Estela, los abandonó tras él haberle sido infiel a ella, teniendo en niño apenas unos dos años, desde allí sola con su madre luchó para sacar adelante a su hijo en Brisas del Carmen, de esta ciudad, al norte del país.
«Cuando mi niño nació lo ingresaron a una encubadora, luego le abrieron una vena en el cuello para poder alimentarlo, estuvo así como mes y medio, después se le llevó a la Teletón para terapia, fue donde me dijeron que mi bebé tenía parálisis infantil, yo le dije a un neurólogo que a mi hijo no le escuchaba hablar nada ni miraba, por lo que se le hizo unos exámenes donde salió que tenía sordera y ceguera bilateral, el diagnóstico fue terrible para mí, se me vino todo el mundo encima», dijo entre lágrimas Estela en exclusiva a Diario TIEMPO.
La madre de Estela que tiene 65 años y ella ayudan a sostener con lo poco el hogar pero a veces dicen no tener ni siquiera para un cilindro de gas y poder hacer comida. «Mi mamá se va a un pueblo a traer frijoles y gallinas para venderlas aqui, son eso y lo poco que yo gano nos sirve para ir pasando de vez en cuando», enfatizó esta súper mamá.
Últimamente su bebé como ella le dice ha 
convulsionado hasta tres veces y cada ve que tiene una crisis le ha tocado pagar de lo que le han prestado. «Estoy joven, pero no hay quién me cuide a mi hijo para poder trabajar fuera dl rancho, necesitamos medicamentos, los cuales son cuatro veces al día que necesita, se usan también tres fardos de pañales al mes», puntualizó nuevamente.
¿Ha recibido alguna ayuda de alguna autoridad nacional? «Una vez me dijeron del Gobierno que ya me tenían aprobada una casa, pero como vivo en invasión, no se pudo, me dijeron que me encargara de conseguir un solar propio», mencionó.
¿Se arrepiente de tenerlo? «No me arrepiento porque él me ha enseñado a luchar, se aferró a la vida, es mi motor y mi vida», continúo diciendo.
Agregó «cerca de donde vivo actualmente hay una solar que lo vender pero como a 167,000 lempiras y para mí es como que me pidan un millón. La última vez que mi hijo fue evaluado por el médico me dijo que se le quería desarrollar epilepsia y eso me entristece, he pasado momentos tristes por esto y una vez tuve que hasta vender mi sangre para tener una pana de leche.
LUZ DE ESPERANZA
Estela y su mamá buscan agotar cualquier posibilidad para que el niño aunque médicamente no sea normal, dicen tener la plena onfianza en Dios para un milagro, parte de esa esperanza radica en la ayuda de los hondureños.
AYUDA
Número de cuenta en Banco de Occidente a nombre de Blanca Estela Pérez: 212100789729
Número de teléono de Estela: 33586533
Correro periodista: jerson.trigueros@tiempo.hn
