REDACCIÓN. De acuerdo con un estudio reciente realizado por investigadores de la Herbert Wertheim School of Public Health and Human Longevity Science y el Moores Cancer Center de la Universidad de California en San Diego (UCSD), el uso de cigarrillos electrónicos no solo no contribuye a que los fumadores dejen el tabaco, sino que podría estar asociado con una disminución en las tasas de abandono del hábito. Los hallazgos, publicados en la revista académica JAMA, contradicen la creencia generalizada de que el vapeo es una herramienta efectiva para dejar de fumar.
El análisis, que incluyó datos de más de 6.000 fumadores estadounidenses, reveló que aquellos que vapean diariamente tienen un 4,1% menos de probabilidades de dejar de fumar en comparación con quienes no usan cigarrillos electrónicos.
El estudio también destacó que aproximadamente dos tercios de los fumadores creen que los cigarrillos electrónicos pueden ayudarlos a abandonar el tabaco. Esta es una percepción que, según los investigadores, ha sido alimentada por la publicidad de la industria tabacalera. Sin embargo, los resultados de esta investigación sugieren que esta creencia es errónea y que el vapeo podría, en cambio, perpetuar la adicción a la nicotina.
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El equipo de investigación utilizó datos del Population Assessment of Tobacco and Health Study, una muestra representativa a nivel nacional de fumadores en los Estados Unidos. De los más de 6.000 participantes, 943 eran fumadores que también usaban cigarrillos electrónicos. Para garantizar la precisión de los resultados, los investigadores emparejaron a los usuarios de vapeadores con fumadores que no lo hacían. Consideraron factores como intentos recientes de dejar de fumar, la presencia de un hogar libre de humo y la frecuencia del consumo de tabaco.
Este análisis detallado permitió a los investigadores llegar a una conclusión definitiva sobre la relación entre el vapeo y el abandono del tabaco.
Aunque los cigarrillos electrónicos no contienen muchas de las sustancias químicas nocivas presentes en el humo del tabaco, los investigadores advirtieron que no son inofensivos. Según John Pierce, “sabemos que los cigarrillos electrónicos no son seguros. Hay glicerina, metales pesados y otras sustancias que los usuarios están inhalando. No sabemos cuáles serán las consecuencias para la salud después de 20 o 30 años de uso”.