Redacción. A Donald Trump, el único expresidente imputado en la historia de Estados Unidos, le han leído este jueves por la tarde sus cargos más graves hasta la fecha: cuatro delitos de conspiración y obstrucción por su papel protagonista en uno de los capítulos más oscuros de la democracia estadounidense: el intento de revertir el resultado de las elecciones de 2020 que acabó en el asalto al Capitolio.
Ante la jueza, el magnate se ha declarado inocente de la acusación, que se remonta a los hechos ocurridos entre el 3 de noviembre del 2020, cuando perdió las elecciones presidenciales, y el 6 de enero del 2021, cuando hizo todo lo posible para anular su resultado, alentando a sus seguidores más radicales a tomar el edificio federal y exigiendo a su vicepresidente, Mike Pence, que detuviera la certificación de Joe Biden como nuevo inquilino de la Casa Blanca.
En el interior del tribunal federal del Distrito de Columbia le han tomado las huellas dactilares y le han leído el acta de acusación. Al igual que ya ocurrió en sus dos procesamientos anteriores, en Nueva York y en Miami, no se le ha detenido, ni esposado, ni se le ha tomado una foto de frente y de perfil para la ficha policial, habida cuenta de la relevancia pública del sujeto.
La jueza que lleva el caso, Moxila Upadhyaya, que ha presidido en la misma corte decenas de juicios a trumpistas que asaltaron ese 6 de enero la sede del poder legislativo, le ha leído al protagonista de esa efeméride los cuatro cargos que pesan sobre él: conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción de un procedimiento legal y conspiración para violar derechos civiles.
Máxima seguridad para una audiencia histórica
El expresidente, que podría haber comparecido de manera virtual, ha elegido hacerlo presencialmente, esta vez, en la capital del país. A media tarde, ha abandonado su club de golf en Bedminster (Nueva Jersey) y se ha desplazado en jet privado hacia Washington. “Voy a Washington a que me arresten por haber desafiado unas elecciones corruptas, robadas y amañadas. Es un gran honor porque estoy siendo arrestado por vosotros”, ha publicado Trump en redes antes de llegar al tribunal.
Ahí, le esperaban algunos seguidores, con pancartas y disfraces. La mayoría de los cuales siguen convencidos de que Trump ganó las elecciones de 2020. Aseguran que está siendo víctima de una “caza de brujas”. En el exterior del edificio se han producido enfrentamientos dialécticos entre fieles y detractores del magnate. Sin embargo, ningún altercado mayor que haya impedido su comparecencia en los juzgados.
La policía de Washington y los Marshals, el servicio responsable de la seguridad en el interior de los tribunales federales, han cortado las calles. Escoltaron al exmadatario hasta la puerta del edificio. El despliegue de fuerzas de seguridad que ha rodeado este acto ya se considera entre los más grandes que se han realizado en la historia del país para asegurar un proceso judicial.