Redacción. Desde tempranas horas de este lunes, el servicio de transporte urbano en Tegucigalpa se vio parcialmente paralizado debido a una protesta liderada por más de 200 unidades que operan en diversas rutas de la capital.
Los conductores decidieron suspender operaciones como medida de presión contra el Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT), exigiendo el pago de un bono pendiente y denunciando la emisión de permisos ilegales.

La manifestación fue convocada por el dirigente del sector, Wilmer Cálix, quien denunció que el IHTT ha autorizado el ingreso irregular de más de 100 autobuses, en violación a acuerdos previos con los transportistas.
“Estamos haciendo maravillas para sostener las rutas y vienen a darnos competencia desleal. El IHTT se ha vuelto ciego, sordo y mudo. Hemos puesto 35 denuncias y no hay respuesta”, señaló Cálix durante la protesta.
Los puntos críticos donde se registran bloqueos incluyen:
- Salida al norte
- Salida al sur
- Salida al oriente
- Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH)
- Universidad Católica
- Rotonda de la aldea Mateo
Los conductores acusan al IHTT de favorecer a operadores con permisos “eventuales” o ilegales, lo que estaría perjudicando directamente los ingresos de quienes sí cumplen con la normativa vigente.
A esto se suma una deuda acumulada del gobierno con el sector, que ya suma cinco meses sin recibir los subsidios aprobados mediante decreto, lo que ha llevado a muchas empresas de transporte a enfrentar una severa crisis operativa.
“Ya agotamos la vía administrativa. Nos detienen los buses legales y dejan circular a los piratas. Aquí la única forma de que nos escuchen es con protestas. Le pedimos a la presidenta que envíe el decreto de pago, porque la situación es insostenible”, insistió Cálix.

Inspectores del IHTT presentes en los puntos de bloqueo indicaron que podrían aplicar sanciones por obstaculizar el tráfico, aunque subrayaron que esperaban instrucciones de sus superiores antes de realizar decomisos.
Caos por esta paralización
La protesta generó fuerte congestión vehicular en gran parte de la ciudad y afectó a miles de usuarios que dependen del transporte público para movilizarse.
A diario circulan en la capital unos 1,400 buses amarillos, 1,500 rapiditos, 7,500 taxis y cientos de mototaxis en 103 rutas (83 urbanas y 20 interurbanas). Sin embargo, muchos de estos vehículos son obsoletos y operan en condiciones precarias, en medio de extorsiones, inseguridad y una competencia caótica.

Dirigentes advirtieron que, si no se reciben respuestas concretas en las próximas horas, las protestas se ampliarán a otros corredores del país, donde aseguran que también existe la misma problemática de ilegalidad y abandono institucional.