Las llamas están arrasando con miles de hectáreas de la selva del Amazonas desde hace semanas a vista del mundo que no se preocupa. Por lo tanto el presidente de Brasil está acusado por los muchos ciudadanos de ser culpable.
El pulmón del planeta se está destruyendo, inicialmente con la tala desproporcionada de árboles y ahora con incendios.
Según informan los medios internacional, en lo que va de año se han producido más de 40,000 incendios en la zona de la Amazonía brasileña, más de la mitad de los que ha habido en todo el país (72.000 hasta agosto).
El Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil reconoce que los incendios han aumentado en lo que va de año más del 80% si lo comparamos con el mismo período de 2018.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE), los focos de incendio tan solo en la última semana han afectado 68 áreas protegidas por ser reservas ambientales o indígenas principalmente en la Amazonía.
Sin embargo, la catástrofe ya alcanzó a Bolivia. En ese país, hasta ayer, ya se habían quemado casi 500,000 hectáreas de bosques, cultivos y pastizales en el Oriente. Siendo la zona más afectada Santa Cruz, ciudad ubicada a 540 kilómetros al sureste de La Paz, la que fue declarada zona de desastre.
Bolsonaro, ¿culpable de la tragedia?
Centenares de internautas brasileños culpan al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por el desastre ecológico.
Según la población, entre ellos periodistas, ecologistas y políticos, aducen que el mandatario «promueve expansión de agroindustria en la Amazonía. Niega el cambio climático, y hoy la Amazonía arde».
Por su parte el político colombiano Gustavo Petro afirmó que Bolsonaro «decidió que era favorable para Brasil extender la extensión de haciendas de terratenientes sobre la selva amazónica y extender así la producción de carne».
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Los activistas medioambientales le acusan de haber relajado los controles en la Amazonía desde su llegada al poder. Lo que estarían utilizando tanto las industrias madereras como otros «lobbys» para atacar a la selva más importante del mundo.
El Amazonas se extiende por una superficie diez veces mayor que la de España y casi la mitad de todo Estados Unidos. Sus árboles producen un 20% de la cantidad de oxígeno que hay en la atmósfera de la Tierra. Esto es vital para frenar el cambio climático y las consecuencias del calentamiento global.
Ante esta crisis, Bolsonaro escribió en su cuenta de Twitter: «El clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran enormemente en todo el país. Los miembros de la brigada de ICMBIO e IBAMA, equipos y aviones están totalmente disponibles para los Estados y ya están en uso».
Despide al director de la INPE porque evidenció la destructiva deforestación
A principios de agosto, el Gobierno de Bolsonaro, destituyó a Ricardo Osorio Galvao, director del INPE, por su sigla en portugués. Este órgano es responsable de monitorear y divulgar los datos sobre deforestación en el país suramericano.
Las cifras que divulgó antes de salir del INPE son preocupantes: La parte brasileña de la Amazonía ha perdido más de 3,000 kilómetros cuadrados de área boscosa desde que Bolsonaro asumió el cargo en enero. Un aumento de 39% respecto al mismo periodo del año pasado, de acuerdo con la agencia del gobierno que monitorea la deforestación.
Tan solo en junio, cuando empezó la temporada más seca, lo que facilita la tala, la tasa de deforestación aumentó de manera drástica: alrededor de 80% más pérdidas que en junio de 2018, reveló el elespectador.com y otros medios.
Por su parte, los satélites de la NASA han visto un aumento del 65% en los incendios en Brasil desde principios de 2019 en comparación con el mismo período en 2018. Este aumento se produce principalmente en el norte y el medio oeste de la selva de ese país.
