AFP.- Centenares de tibetanos se manifestaron el sábado en París en apoco del dalái lama, criticado con virulencia en las redes sociales tras la divulgación de un video que según sus defensores fue malinterpretado y explotado por «la propaganda china».
«¡Dejen de difamar a su santidad!, «Stop a la propaganda china», clamaban los participantes en el acto.
La concentración se llevó a cabo frente a la sede de France Télévisions, para denunciar «a los medios y las cadenas de televisión que no hicieron su trabajo de periodistas y reprodujeron la propaganda china», según expresó un portavoz de la comunidad tibetana.
Los participantes, entre ellos muchas familias con niños, enarbolaban banderas tibetanas y retratos del Dalái Lama, líder espiritual tibetano.
La protesta se convocó por seis asociaciones, en respuesta a las reacciones hostiles que provocó la difusión de ese video. En el clip se ve al dalái, de 87 años, preguntándole en inglés a un niño: «¿puedes chuparme la lengua?», desatando así la hilaridad de los presentes.
El vídeo se grabó el 28 de febrero, durante una audiencia del dalái lama en McLeod Ganj, un suburbio de Dharamsala, en el norte de India, donde el líder espiritual vive exiliado desde el fracaso del levantamiento tibetano de 1959 contra el poder comunista chino.
El líder budista se disculpó luego ante el niño y su familia y explicó en su cuenta de Twitter que «suele bromear con la gente que conoce de forma inocente y juguetona, incluso en público y ante las cámaras».
«Interpretación errónea»
La comunidad tibetana exiliada en Francia consideró que hubo «una interpretación errónea del video». Asimismo, lamentó la circulación de «hechos descontextualizados», que «entristecieron profundamente e hirieron a la comunidad tibetana en Francia y en todo el mundo».
«Fue efectivamente una broma del dalái lama», dijo a la AFP Françoise Robin, profesora de la universidad francesa Inalco.
«Los tibetanos tienen una expresión: ‘come mi lengua’, que sale de un juego entre niños y adultos. Cuando los primeros piden dinero o una golosina y los adultos ya no tienen nada para darles, les dicen: ‘come mi lengua'», explicó.
«Captamos muy mal el dolor que esta manipulación causó en los tibetanos». Sobre todo para quienes el dalái lama es «su esperanza y su orgullo», añadió la académica.
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