TEGUCIGALPA. Un taxista fue vilmente asesinado ayer martes en horas de la noche en una zona sólida en la Colonia Renacer, en la capital del país.
El fallecido fue identificado como Ever Turcios Berrios, quien se conducía en el taxi número 1274. Información extraoficial, refleja que personas de identidad aún desconocida se hicieron pasar como pasajeros y al ir cerca de la Colonia Sagastume, lo mataron y se llevaron el dinero que la víctima tenía, junto a otras pertenencias.
Familiares del ahora occiso dijeron a las autoridades locales que esperan que se de de manera rápida con el paradero de los responsables del hecho y que les caiga todo el peso de la ley.
De momento la Policía se encuentra investigado lo sucedido, aunque se supone que el crimen pudo haber sido por el mal llamado «impuesto de guerra».
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En la mayoría de países, abordar un taxi es algo trivial, pero en Honduras se ha convertido en una ruleta de la muerte, pues quienes trabajan en ellos y quienes piden sus servicios están cada vez más expuestos a ser víctimas de la violencia.
La sangre sigue corriendo como ríos en este rubro por los constantes asaltos o los ataques contra este tipo de transporte por represalias relacionadas con el “impuesto de guerra”, como se llama al cobro de extorsión que les hacen organizaciones criminales.
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Roberto Herrera Cáceres, titular de Conadeh, expresó que es necesario tomar acciones que garanticen el bienestar de quienes laboran en este campo y utilizan los servicios. “Los usuarios del transporte no pueden continuar expuestos a daños contra su vida, seguridad e integridad”, dijo el ombudsman.
Según estimaciones de las autoridades de Seguridad hondureñas, los grupos de crimen organizado reciben en el país unos 540 millones de lempiras por extorsión que cobran a unos 15,000 taxis y buses de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
