Catedrática universitaria, política, comunicadora y defensora de los Derechos Humanos.
La caravana de más de 7 mil migrantes hondureños, que van camino hacia los EE. UU, ha conmovido al mundo, las lágrimas de los niños, el llanto desesperado de las madres que abrazan a sus hijos, con su frente de lucha en cada frontera que atraviesan, reflejando la inestable y dura realidad del sistema político hondureño corrupto que ha tenido engañado al mundo.
El mundo se ha conmovido al ver madres y padres con sus bolsas y maletas rotas, los pies llagados y cansados de los adultos mayores que forjaron generaciones sobre sus hombros, y hoy ven acabadas sus esperanzas, tenemos un gobierno que violenta los derechos humanos, viola la constitución y reprime al pueblo.
Familias enteras huyen de las pandillas, la violencia, la pobreza y miseria provocadas por las estructuras corruptas del poder que les han negado la oportunidad de una vida digna, la gente seguirá huyendo, éxodo tras éxodo, buscado otra tierra con oportunidades.
Abuelos, adultos de la tercera edad a quienes el sistema político corrupto, no respeta sus derechos no les proporciona salud integral, con hospitales sin medicinas, los adultos mayores están sobreviviendo a sus años de edad, en un sistema económico y social que los oprime, hoy su piel se les llenó de arrugas e impotencia y van camino a otro país con el corazón partido, van llorando su patria.
El mundo se pregunta, ¿cómo es posible que tanta juventud hondureña emigre y se exponga a todo? Van con sus mochilas desgarradas en los hombros, cansados de buscar un empleo digno y no lo encuentran, cansados de la deficiente educación, las aulas de clases cayéndose a pedazos, algunos frustrados porque se les ha negado el acceso a la educación superior pública.
Somos el foco de la atención mundial, ningún ministro del gobierno puede maquillar cifras que muestren que Honduras está cambiando, la vida mejor que plantea el gobierno es solo para ellos los corruptos, hoy la caravana representa la triste realidad de nuestro país, no se necesita dar más explicación.
Cito esta frase que, en el mes de abril de 2018, Donald Trump, emitió en su cuenta de Twitter: “La gente emigra ilegalmente a los EE. UU. porque sus países son un asco y es culpa de los políticos corruptos que se roban el dinero. Si los países se manejaran bien, la gente se quedaría en su país”.
Con esta caravana de migrantes hondureños, el mundo tiene ahora más claro la realidad del gobierno usurpador de Honduras, en el rostro de estos jóvenes hondureños se ve dibujado mi país, familias enteras, adultos mayores, emigrantes que no van hacia los Estados Unidos por el sueño americano, sino que van huyendo de un gobierno ilegal que ha sumergido al país a la extrema pobreza, las pandillas, la violencia, la falta empleo y oportunidades.
Honduras fue descalificada de la cuenta del milenio, que era para la lucha y erradicación de la pobreza, sin embargo, los políticos corruptos, desviaron esos fondos para su bolsillo e intereses políticos, situación que ha aumentado la pobreza extrema al nivel del 68% de la población, y hoy ha llegado a condiciones de extrema pobreza e infrahumanas, y aun peor a condiciones paupérrimas.
Según datos de Justicia y Libertad Económica (Ruling Justly/ Economic Freedom), Honduras esta fuera de la cuenta del mileno por sus bajas calificaciones en varios componentes e indicadores, en el componente de Control de Corrupción salió aplazado, en la sección Aplicación de la Ley obtuvo una calificación roja del 19%, y la peor calificación fue “Efectividad del Gobierno” salió con una nota roja de un 7%, no hay un estado de derecho.
Aplazado también, en los altos índices de desempleo, la corrupción, la impunidad, la inseguridad, las maras, el crimen organizado, la violación a los derechos humanos, los ataques a la libertad de expresión, la “Libertad de información”, saliendo aplazado con un 19%.
La caravana es la manifestación pública y masiva representativa de la crisis humanitaria, política y económica que se vive en Honduras, los jóvenes van huyendo de la falta de empleo y del infierno en que se ha convertido Honduras, escapando de las maras y pandillas que los reclutan para ser parte del crimen organizado y si no, los ejecutan.
Los que se han ido, les confieso que nos parten el corazón, nos duele su partida, sin embargo su éxodo es una acción de supervivencia, los que nos quedamos aquí seguiremos orando a Dios y estaremos en pie de lucha contra la corrupción, la lucha por los derechos humanos, porque gocemos de una verdadera justicia y equidad social, lucharemos para que Honduras vuelva ser un estado de derecho.
Como ciudadana, hago un llamado a las autoridades mexicanas y norteamericanas, les pido de corazón que protejan a mis hermanos hondureños y centroamericanos, respetando sus derechos, según el pacto mundial de migración suscrito en Naciones Unidas, les pido que sean solidarios con mi gente, no puede existir mayor justicia, que la que se les atienda con una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, de la libre movilidad y del derecho humanitario por su condición de migrantes y refugiados.
