AFP.- Al menos 53 personas murieron el viernes en un ataque atribuido al grupo Estado Islámico (EI) en el centro de Siria, en la operación más letal de los yihadistas en más de un año, según el balance de la televisión estatal.
«Cincuenta y tres personas que recogían trufas murieron en un ataque de terroristas de Daesh [acrónimo en árabe del EI] al sudeste de la ciudad de Sojné, en el este de la provincia de Homs», precisó el informe.
El director del hospital de Palmira, Walid Audi, dijo que los asesinados son 46 civiles y siete soldados.
Los cadáveres se «trasladaron al hospital después de la emboscada», agregó, en declaraciones a la radio progubernamental Sham FM.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido, había dado previamente parte de la matanza, con un balance de 36 muertos.
En otro hecho, el ejército estadounidense anunció el viernes que cuatro de sus soldados resultaron heridos en una operación durante la cual ultimaron en el noreste de Siria a un alto dirigente del EI, Hamza al-Homsi.
Los cuatro soldados, alcanzados por una explosión, están siendo tratados en Irak. Un perro de trabajo que participaba en la operación también resultó herido, indicó en un comunicado el comando militar de Estados Unidos para Medio Oriente (Centcom).
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Trufas del desierto
En los últimos años, numerosas personas, incluyendo mujeres y niños, resultaron atacados en distintos puntos de Siria cuando buscaban trufas.
La trufa del desierto, o trufa de las arenas, se recoge en general entre febrero y abril y se vende a precios muy elevados.
Dieciséis personas, en su mayoría civiles, murieron el sábado en un ataque similar en la misma zona, indicó el OSDH, que cuenta con una amplia red de informantes en Siria.
Decenas de civiles fueron secuestrados en esa operación; 25 se liberaron. Sin embargo, se ignora la suerte de los demás, de acuerdo con esa ONG.
En abril de 2021, el EI secuestró a 19 personas, en su mayoría civiles, en la provincia de Hama (este).
Después de que los yihadistas perdieran sus últimos dominios en marzo de 2019 a raíz de una campaña militar liderada por Estados Unidos, muchos miembros del EI en Siria se refugiaron en zonas desérticas.
Desde entonces se valieron de esos escondites para tender emboscadas a las fuerzas kurdas y a las tropas sirias, así como para organizar ataques en el vecino Irak.
Helicópteros rusos y sirios siguen atacando con regularidad a los yihadistas del EI en las zonas desérticas.