Puerto Cortés, Honduras. Han pasado ya casi cinco meses desde que encontraron muerta a la hondureña Eda Alfaro en el barrio El Faro, en Puerto Cortés. Y fue hasta este jueves que los familiares le pudieron dar cristiana sepultura.
Los parientes tuvieron que esperar que Medicina Forense hiciera las respectivas pruebas dactilares y para que pudieran reclamar el cuerpo, velaron y posteriormente sepultarlo.
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Pese al tiempo transcurrido, aún mantienen vivos los momentos de angustia que vivieron. Además, siguen exigiendo justicia, pues parece que el caso quedó «en el aire».
El caso de Eda fue muy mediático, al tratarse de una mujer muy conocida en Omoa y en los alrededores de Puerto Cortés.
Durante varios días registraron protestas tras su desaparición, y los familiares nunca dejaron de buscarla. Pasaron 20 días y la angustia aumentaba.
Pero todo llegó a su fin el día que encontraron sus restos abandonados al lado de una calle de tierra.
Dolor inexplicable
Entre lágrimas y casi sin poder hablar, con un nudo en la garganta, don Nicolás, padre de Eda, manifestó que ella era la hija que le ayudaba en la casa.
«Es duro esto, para uno de papá, es duro perder una hija, solo Dios sabe qué fue lo que pasó», precisó.
Por otro lado, el señor contó que él tenía la esperanza de encontrar a Eda con vida.
«Que las autoridades pongan su mano, para tener justicia. No es justo que esto pase, porque todos somos humanos, de carne y hueso, todos sentimos el mismo dolor», añadió.
Dilcia, prima de Eda, también relató que ellos estuvieron realizando diferentes actividades para poder presionar a las autoridades, pues no sabían nada de la hondureña.