Redacción. Juan Carlos «El Tigre» Bonilla, exdirector de la Policía Nacional de Honduras, ha sido sentenciado hoy a 19 años de prisión en la Corte del Distrito Sur de Nueva York tras declararse culpable de cargos relacionados con el narcotráfico.
Bonilla enfrentó la justicia estadounidense luego de ser extraditado de Honduras el 10 de mayo del 2022, y declararse culpable en febrero del 2024 de tres delitos de conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos y de usar y portar armas de fuego durante y en relación con el narcotráfico.
Hoy, el juez Kevin Castel le ha impuesto una sentencia de 19 años de prisión, aunque la Fiscalía pedía 30 y la defensa legal 10 años, argumentando los problemas de salud del exjefe.
Durante la audiencia, el abogado de Bonilla destacó la situación personal y médica de su cliente. El abogado argumentó que el condenado necesita cirugía de próstata y que una sentencia de 30 años sería prácticamente una sentencia de muerte, dado su estado de salud y su edad de 64 años. Indicó que incluso una condena de 20 años podría resultar en una sentencia de muerte, por lo que solicitó una pena de 10 años. Bonilla, por su parte, comentó: “Esto fue como una muerte anunciada”.
«Tengo una hija de cinco años. Necesito verla. Ten compasión de mí. Las cárceles son terribles en el país. Me baño sólo una vez por semana», manifestó Bonilla.
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«Estaba agradecido de ver a mi familia y amigos aquí. Ten piedad de mí. Cometí un error. Fiscal, todos queremos abrazar a nuestros hijos. Que Dios te dé sabiduría. ¿Cuánto tiempo me queda? Estoy más allí que aquí. Quiero decir, estoy aquí. Gracias», agregó el condenado.
Por su lado, el juez exclamó: «Bonilla utilizó su cargo para brindar protección armada a los traficantes de cocaína. Esto fue mucho más que un error: fue una forma de vida. Tenía un tremendo porte militar, parecía el papel… Hay otros que no volverán a casa con sus familias debido a la adicción. El acusado lo permitió».
La lectura de la sentencia originalmente estaba programada para el 24 de junio, pero la defensa pidió una reprogramación, que fue aceptada por Castel.
Problemas de salud
El equipo legal de Bonilla, liderado por Donald H. Vogelman, asegura que su cliente, de 64 años, enfrenta serios problemas de salud. En 2015, se le extirpó la vesícula biliar, intervención que ha resultado en complicaciones a largo plazo como diarrea, intolerancia a los alimentos grasos, gases, acidez estomacal, náuseas, vómitos, ictericia y dolor abdominal. Además, padece de agrandamiento de la próstata y ha tenido secuelas tras contraer COVID-19 en 2022.
Los representantes legales del exjefe policial se comprometieron a que su cliente no se involucrará en actividades delictivas una vez deportado a Honduras tras cumplir su sentencia.
A Bonilla Valladares la Fiscalía de Nueva York lo consideró como una pieza clave en el caso contra el exmandatario Juan Orlando Hernández, sentenciado a 45 años de cárcel, más 5 de libertad condicionada.
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De luchar contra el crimen a formar parte de él
Juan Carlos Bonilla Valladares, conocido como «El Tigre» Bonilla, nació el 1 de abril de 1961, en el municipio de la Villa de San Antonio, departamento de Comayagua.
Desde finales de la década de 2000, «El Tigre« comenzó a hacerse notar como uno de los comandantes más reconocidos de la policía hondureña. En este tiempo, realizó importantes acciones en San Pedro Sula y La Lima, donde enfrentó a grupos criminales como la MS-13. Tiempo después, fungió en el cargo de jefe regional en la zona occidental del país, donde el tráfico de cocaína estaba en su punto acalorado. En estas regiones, Bonilla forjó su reputación como un hombre duro..
Su carácter, firmeza y determinación se hizo visible. Entre 2012 y 2013, bajo la administración de Porfirio Lobo Sosa se le dio el cargo de director de la Policía Nacional de Honduras.
Sin embargo, durante su tiempo como director, recibió acusaciones de graves violaciones de derechos humanos. Esto incluyó ejecuciones extrajudiciales y vínculos con actividades delictivas. A pesar de estas acusaciones, mantuvo un perfil público elevado y contó con considerable apoyo en ciertos sectores.
Perseguido por USA
En abril de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Bonilla ante un tribunal de Manhattan, de varios delitos de narcotráfico. La acusación, presentada por el fiscal especial George S. Berman, recalcó que «El Tigre» fue una figura central en la operación multinacional dirigida por los hermanos Juan Orlando y Antonio Hernández.
Según la Fiscalía, Bonilla ascendió en el negocio del narcotráfico cuando fungía como jefe regional bajo la protección de los Hernández.
De acuerdo con Berman, Bonilla «abusó de sus puestos en la fuerza pública hondureña para burlar la ley y jugar un papel esencial en una violenta conspiración internacional de narcotráfico. En nombre del excongresista Tony Hernández (condenado por narcotráfico) y de su hermano el presidente, Bonilla Valladares supervisó el transporte de varias toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos, usó armas de grueso calibre para lograrlo y participó en actos de violencia extrema, incluido el asesinato de un traficante rival».
En 2021, las autoridades estadounidenses emitieron una orden de arresto contra Bonilla, acusándolo de conspirar con otros funcionarios hondureños y miembros del cartel de Los Cachiros para traficar grandes cantidades de cocaína. Su extradición se concretó el 10 de mayo del 2022.