Valle de Ángeles, Honduras. El sendero Las Golondrinas es un hermoso sitio ubicado en el municipio de Valle de Ángeles, departamento de Francisco Morazán, y se ha convertido en una verdadera sensación turística en los últimos años.
Este lugar se encuentra cerca del desvío que lleva a Cantarranas, a unos 30 minutos desde Tegucigalpa.
Se trata de un bello sendero en medio de montañas cubiertas de pinos y otras especies de árboles, que cada fin de semana recibe a familias enteras y grupos de amigos.
Teniendo como música de fondo un río, el sendero recibe y «atrapa» a propios y extraños. Está adornado con árboles frondosos y tiene una alfombra natural hecha de hojas marchitas que hacen cómodo el andar de los visitantes.
Hermoso lugar
Entre pendientes y cuestas y entre amenas pláticas, la gente va por el lugar olvidándose del bullicio de la ciudad y conectándose con la naturaleza.
Sea cual sea la ruta que decida tomar, el objetivo de todos los visitantes de Las Golondrinas es llegar hasta una hermosa cascada. Para ello habrá que pasar por los costados del río e incluso habrá que caminar entre sus aguas.
Vea el video:
@honduras_en_una_imagen?Sendero Las Golondrinas, Valle de Angeles Honduras Honduras ?? ? un bonito lugar a pocos minutos de Tegucigalpa ?♬ Sonidos de Pájaros en la Montaña – Para Dormir
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Un paisaje que propicia dinamismo
Antes de llegar, el visitante puede aprovechar cualquier escenario para tomarse fotografías con hermosos telones verdes de fondo.
A medida que avanzan hacia su objetivo, las familias y grupos de amigos deben sortear algunos valladares. Es, además de un paseo, una aventura que despierta adrenalina.
Como si se tratara de una partida de ajedrez y a medida que se acerca a la meta, habrá que calcular cada movimiento.
Según algunos estudios realizados, el aire que se respira en todo tipo de espacios cerrados está muchos más contaminado que el exterior, afectando directamente la salud de forma muy constante ya que habitualmente las personas pasan la mayor parte de sus vidas en espacios cerrados, es por eso que el sendero Las Golondrinas se convierte en el lugar perfecto para respirar aire puro.
Al final, cualquier esfuerzo vale la pena. La caída de agua cristalina que todos buscan recibe con fuerza a los visitantes, quienes a pesar de las bajas temperaturas del río, no dudan en sumergirse. Antes de dejarse acariciar por la cascada, es imperdonable no hacerse una foto.
Cualquiera que sea la oferta que tome, al final el visitante habrá disfrutado del regalo natural y se habrá desconectado, por un par de horas, del estrés que produce la vida de las grandes ciudades.