Fueron fallos de ingeniería, no de gestión, esa es la conclusión principal del informe final que Samsung ha elaborado. Lo anterior, para dar su respuesta oficial al fiasco de sus teléfonos Galaxy Note 7, que explotaban o se incendiaban y que obligó a retirar los dispositivos del mercado.
El presidente de la compañía, Koh Dong-jin, compareció este lunes para explicar que la firma contrató dos proveedores distintos para las baterías. Y que ambas causaron problemas, provocando que los teléfonos explotaran o se incendiaran. El gigante surcoreano no desveló los nombres de las compañías que fabricaron ambos tipos de baterías.
Las baterías de la compañía A provocaban cortocircuitos en el dispositivo. La esquina superior derecha tenía tendencia a doblarse. Lo cual provocaba una ruptura del material que mantenía separados el electrodo positivo del negativo.
Por su parte, las baterías de la compañía B tenían problemas de fabricación:
Durante la soldadura, se formaron protuberancias que atravesaron barreras en la batería y hacían contacto directo con el electrodo negativo.
Galaxy Note 7
Sin embargo, varios expertos han señalado que Samsung pecó de ambicioso al acelerar la producción del dispositivo para adelantarlo a la salida del iPhone 7.
Y sobre todo, al introducir en el Galaxy Note 7 un separador de la batería excesivamente delgado. Finalmente, la función de esta pieza crítica es dividir el electrodo positivo del negativo.
Fuente: Univisión
