PICHINGO
El ex ministro de Defenda en tiempos del Poder Ciudadano, Tito Mejía sigue parado en 30 defendiendo el «derecho» que Salvatore tiene de fundar su propio partido. Ayer dijo que pareciera que en la Alianza no quiere que el «señor de la tv» tenga casa propia para agarrarlo como «pichingo» y hacer con él lo que les de la gana. Tranquilos, tranquilos, que aunque Salva funde un nuevo PAC, no se saldrá del redil, aseguró.
ARRECHO
Pero por cualquier cosa, el coordinador general ya convocó a una nueva reunión de urgencia para analizar, por enésima vez si Salvatore sigue adentro o lo sacan. Ayer mismo convocó al Consejo de la Alianza. La misa negra será el sábado próximo en un lugar y hora aún sin definir. El único punto de la agenda es «el respeto a los acuerdos firmados de cumplir la estrategia definida y la estructura de la Alianza o su disolución. Anda «arrecho» el comandante vaquero.
«MOI»
El ex rector tiene un «Moi» que no es ni su esposa ni sus hijas. Y nos dimos cuenta porque le contestó un mensaje por Twitter dándole las gracias por unos comentarios que «Moi» hizo a favor suyo en la popular red social. Pero no sean mal pensados. El presidente de las milicias chelas le dice «Moi» A Moisés Ulloa, un empresario, escritor y analista que lo asesora en varios temas.
TAPAS
Un ministro español que ha andado en estos días por estas honduras, vino a hacerle gran campaña al diálogo. Don Fernando García Casas se tomó sus vinitos una noche de estas con el ex rector y parte de su equipo y con Salvatore y sus asesores para promover las pláticas entre cachurecos y opositores. Al brindis no invitaron a nadie más de la Alianza. Entre menos comensales, más tapas y copas.
ARRIMON
Lena Guitérrez le pegó ayer un arrimón en los tribunales a Juancito Barahona, ahora diputado en el Congreso. Todo comenzó por unas declaraciones que el líder de los resistentes hizo por las tales pastillas vendidas a Salud. Ayer fue la audiencia de conciliación, pero no llegaron a nada. Habrá una segunda audiencia. La ex vicepresidenta del Congreso dice que si el parlamentario no se retracta públicamente, lo dejará en el tambo.
