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sábado, mayo 4, 2024

¡Qué bien Mario!

Debes leer

Orlin Cruz Martínez

Mario Berrios es un “comejamo” de altos vuelos en la literatura hondureña, si no me equivoco ha publicado más de ocho obras literarias, es una persona muy afable en el trato interpersonal, es un ameno platicador, como todo coterráneo, adereza las pláticas con cierta sustancia humanística, este ingrediente contribuye a sostener una conversación relajada y de franca camaradería.

Lo visité en San Pedro Sula con el propósito que me ayudara  a ubicar una empresa editora para que imprimiera mi libro “Soñemos con el CURVA”, con su auxilio logré mi objetivo. Esto lo guardo como un sincero agradecimiento.

Ahora quiero referirme al contenido de su columna que publica en DIARIO TIEMPO, en lo referente a la crisis social y política que actualmente se vive. Debo de admitir que he tenido una percepción muy distinta de su pensamiento, no sé si con razón, o no, en comparación con lo que hoy escribe en el diario referido.

Quizá se deba a que en las tertulias realizadas con otros amigos donde se han tratado temas de carácter político, sus opiniones las percibí muy distintas a las de hoy.

Es probable que hayan otras ideas subjetivas, como el hecho de que Mario tiene formación policial y militar, además tengo entendido que tiene vínculos de ancestros con el Partido Nacional, aunque se sabe que no siempre hay herencia partidaria en las familias hondureñas. En honor a la verdad los sectores antes mencionados han sido históricamente defensores del status quo de Honduras. Posiblemente eso me haya hecho pensar que Mario tenga un pensamiento un tanto conservador y si así fuera, lo importante en estos momentos es que sus escritos son dignos de aplaudirlos. Uno no debe ser injusto ni mezquino, sus comentarios son consecuentes con la realidad nacional y con el interés del pueblo hondureño, el contenido de su columna es vertical y contundente, no le miro ningún doblez, sesgo o ambivalencia, tampoco pasión partidaria.

Con lo anteriormente expuesto no estoy diciendo que Mario es un liberal reformista o un revolucionario convencido, lo digno de reconocer es que ha hecho señalamientos directos con nombre y apellido a los responsables del saqueo del Instituto Hondureño del Seguro Social, un acto de corrupción que no tiene parangón en la historia contemporánea hondureña y lo más penoso es que el presidente de la república con su propia boca confirmó públicamente que su campaña presidencial había recibido dinero sustraído del IHSS, con lo que se comprueba una vez más que a su candidatura no le cayeron pringas de sucio, si no toneladas del lodillo putrefacto.

Está muy bueno que Mario ocupe parte de su tiempo y de su talento, para manifestar su indignación por lo que está sucediendo en el país, sabemos que no es el primero ni el único que expresa su malestar, por los bochornosos actos de corrupción que gravitan en la vil impunidad, pero que algún día el brazo justiciero de la ley alcanzará a los corruptos y corruptores, para deducirle las responsabilidades del caso. Ellos momentáneamente están protegidos por escudos y corazas obtenidos en esta falsa democracia a costa de la sangre del pueblo pobre.

La resistencia que impera en los altos estratos de gobierno para no someter al imperio de la ley a los responsables materiales e intelectuales de la corrupción, esa no es una conducta de un verdadero estadista, esto la población lo percibe como una complicidad tácita, si los corruptos son los arquitectos de ese oprobioso delito de lesa humanidad. ¿Cuántos millones de razones habrá para no proceder contra ellos? ¿Serán pocos los casi tres mil muertos por la falta de asistencia médica en el IHSS, esa aptitud reprochable de no querer combatir con verdadero sentido patriótico la corrupción, dando saltos entre la mentira y la demagogia barata, consumiendo el tiempo a mas no poder, entre maraña y maraña, con un “Dialogo Nacional” sórdido  con propósitos subyacentes y deslegitimizado por el pueblo hondureño, toda esa patraña, es un insumo más para acrecentar la fuerza vigorosa de los indignados.

¡Adelante comandante Berrios!, recuerde el lema que le enseñaron cuando usted era un mozalbete de las “gloriosas” milicias hondureña Honor, Lealtad y Sacrificio. Recuerde que los soldados valientes siempre mueren de pie nunca de rodillas, no se amilane, porque esto apenas está empezando, pero que algún día terminará, porque las luces de las antorchas alumbran un nuevo amanecer

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