Redacción. En 1997 Benjamin Schreiber fue condenado a cadena perpetua luego de ser declarado culpable de homicidio en primer grado.
Según se sabe, el sujeto asesinó a un conocido con el mango de un pico. Todo en complicidad con la novia de la víctima. Desde entonces, Benjamin está cumpliendo su cadena perpetua en una cárcel de Iowa.
Para 2015 el sujeto desarrolló cálculos renales, los cuales lo llevaron a una intoxicación séptica.
Hasta ahí todo parecería un caso normal de un convicto que estuvo a punto de morir, pero el caso de Benjamin Schreiber es especial. El sujeto afirma que está encarcelado ilegalmente y que debe ser puesto en libertad, ¿la razón? Él dice que al morir por unos minutos, ya cumplió su cadena perpetua.
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EL CASO DE BENJAMIN SCHREIBER
La apelación que Benjamin Schreiber hizo a su sentencia de cadena perpetua no es tan absurda como se lee. De hecho es una petición válida que fue evaluada por el Tribunal de Apelaciones de Iowa.
«Schreiber está vivo, en cuyo caso debe permanecer en prisión”, resolvió en su momento la jueza Amanda Potterfield.
La jueza también afirmó que el estado no puede liberar a todos los acusados de delitos graves, cada vez que los tengan que reanimar en un procedimiento médico.
Ciertamente, la ley estatal de Iowa establece que toda persona condenada a cadena perpetua debe «pasar el resto de su vida natural en prisión, independientemente de cuánto tiempo termine ese período de tiempo o cualquier evento que ocurra antes».
Así las cosas, Benjamin Schreiber deberá pasar el resto de su ‘segunda vida’ en prisión. Aunque conserva su derecho de apelar la decisión del tribunal.