Redacción. Familiares, amigos y colegas políticos de quien en vida fuera el abogado y exdiputado hondureño Oswaldo Ramos Soto (1947-2024) rindieron homenaje y despidieron sus restos en el Cementerio Jardines de Paz Suyapa, de Tegucigalpa.
Antes del sepelio del reconocido togado, se llevó a cabo la misa de cuerpo presente en la Basílica de Suyapa, donde los presentes honraron el legado y memoria de Ramos Soto.
Y es que el abogado deja una huella profunda en la política hondureña, por lo que su entierro se realizó con respeto y admiración.
Durante los días previos, numerosos personajes reconocidos en el ámbito político de Honduras expresaron sus condolencias a la familia, lamentando la pérdida de una figura influyente en el país.
Su ataúd fue envuelto con la bandera del Partido Nnacional, institución política de la que formó parte y representó en diferentes periodos legislativos en el Congreso Nacional.
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Un brillante académico y político
Oswaldo Ramos Soto falleció el 30 de agosto de 2024, a raíz de complicaciones derivadas de un derrame cerebral.
Soto nació en la ciudad de La Ceiba el 22 de noviembre de 1946 y se destacó por su inteligencia y dedicación. Desde muy joven mostró una inclinación hacia el derecho y la política, campos en los que dejaría una marca imborrable.
Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde posteriormente se convirtió en una figura importante, tanto en el ámbito académico como en el judicial.
Ramos Soto no sólo se destacó como uno de los constitucionalistas más respetados del país, sino también como un líder cuya influencia se sintió en cada institución en la que participó.
Destacada carrera
Inició su profesión como abogado y catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Sin embargo, su carrera despegó cuando en 1975 asumió el cargo de decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, y en 1982 el de rector de la UNAH, posiciones que utilizó para fortalecer el prestigio de la universidad y promover una educación de calidad.
Su gestión como rector fue notable, ganándose el respeto de colegas y estudiantes que lo apodaron «rector magnífico». A pesar de las controversias que surgieron debido a su inclinación política hacia la derecha, su legado en la UNAH ha sido indiscutible.
En el ámbito judicial, su gestión como presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) entre 1990 y 1992 fue clave. Durante su rol, defendió la independencia del Poder Judicial, demostrando su compromiso por una justicia sin injerencias.
Aunque su mandato terminó en medio de un conflicto con el Congreso Nacional, su contribución con la justicia dejó una huella que perdura hasta hoy.
Recorrido político
En la esfera política, Ramos Soto sobresalió como un fiel miembro del Partido Nacional de Honduras. Su carrera estuvo guiada por su percepción de «seriedad y compromiso con el país».
Su carrera política fue amplia, abarcando varias candidaturas presidenciales y una extensa trayectoria legislativa.
En 1993 lanzó su campaña en busca de la presidencia de la nación. Aunque no resultó victorioso, se recuerdan sus propuestas con enfoque en la juventud y la educación, dos pilares que Ramos Soto consideraba fundamentales para el futuro de Honduras.
En 2022, su carrera alcanzó un nuevo hito cuando lo nombraron diputado vitalicio en el Congreso Nacional, un reconocimiento que honró su prolongada y destacada labor en el servicio público.
El abogado Oswaldo tuvo mayor reconocimiento público al destacar como diputado en repetidas ocasiones (2001, 2005, 2009, 2013 y 2017).
Un gran legado
Conocido por su verbosidad jurídica y su capacidad para comunicar complejas ideas legales de manera clara, Oswaldo Ramos Soto dejó impresionados a quienes lo conocieron.
Muchos lo recuerdan por su carácter firme, desde el aula hasta el salón de justicia. También, se recuerdan sus discursos apasionados y su compromiso con el derecho, que lo hicieron un respetado mentor para futuras generaciones.