redacción. Eduardo Osorio, padre de los gemelos Jefferson y Josué Pérez, de 13 años de edad, que murieron ahogados recientemente en Texas, EEUU, reconoció que no quería enviarlos a ese país, pero que lo terminaron convenciendo.
Los dos hondureños visitaban por primera vez el mar, tras haber llegado de Honduras en noviembre pasado. Ambos se divertían en el agua cuando los vieron por última vez. En ese momento, comenzó su búsqueda y, posteriormente, encontraron sus cuerpos.
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Ante esta situación, el padre de los gemelos dijo que tuvo que aceptar enviarlos con su expareja porque muchas personas le decían que en Estados Unidos ellos tendrían mejor vida.
«Yo no estaba de acuerdo. Todo el mundo me andaba encima de que yo no les podía dar mejor vida de como humildemente los tenía aquí, otra gente me decían ‘mirá mándalos allá hay mejor estudio, mejor porvenir’. Tanta era la insistencia que por último me tocó aceptar, pero yo no quería», relató el padre.
Además, Osorio afirmó que si la madre de los niños hubiese estado más pendiente, no les hubiera pasado eso.
Detalló que cuando estaban con él, los gemelos siempre salían y nunca les ocurrió algún accidente.
«Tanto que los estuvo peleando por llevarlos y en tan poquito tiempo no los pudo cuidar… siempre que salía a bañar con ellos, los sacaba a las piscinas y les decía que no se metieron a lo hondo», añadió.
Repatriación de los cuerpos
Ahora el padre solicita apoyo para poder repatriar los cadáveres de los menores y darles sepultura en Honduras.
Osorio pidió a las autoridades «ver si de algún modo se pueden traer acá», ya que, asegura, «no es lo mismo velarlos con recuerdos y fotografías que tenerlos en cuerpo presente».
Del mismo modo, agregó que llevar a cabo la repatriación sería «lo más bonito que me podrían conceder».
También, agregó que comenzaron una recolección de fondos a través de Gofoundme para cubrir todos los gastos.