Redacción. El pequeño que se entusiasmaba ayudando a los transportistas a cobrar el pasaje a los usuarios de los autobuses de la ruta Carrizal, UNAH y La Sosa, en Francisco Morazán, pasó a convertirse en un nuevo epítome de las ciencias de la comunicación, del periodismo, de la búsqueda de la verdad para el pueblo hondureño.
Olvin David Ramos Funes nació el 21 de mayo de 1998. La primer semilla periodística germinó gracias a su mamá, Agustina Funes, quien escuchaba la radio, especialmente HRN, Radio Cadena Voces, Radio América y Radio Globo.
Un par de chistes para iniciar
«Mi primera experiencia fue cuando hablé en un medio de comunicación: Radio Globo; me llevaron a hablar, a contar chistes. Yo llamaba constantemente y fue la primera vez que hablé en un micrófono. Ni siquiera los chistes me salieron bien, pero fue la primera vez», expresó.
Se trataba de un programa llamado «Los Noticomentarios de la tarde», la sección era recordada por titularse «Los viernes de miedo». Ramos Funes sólo tenía unos años de vida cuando se animó a aproximarse a los canales informativos y de entretenimiento.
«Creo que estaba en sexto grado; era como una línea abierta y se expresaban contar chistes. Veía programas colombianos con el poco acceso a TV que tenía, porque no tenía
cable; de ahí sacaba chistes, los anotaba y empezaba a contarlos más o menos», agregó.
Primeros estudios
Ramos Funes habló en exclusiva para Diario Tiempo que por estar desarrollando sus habilidades de comediante, descuidó un poco los estudios e incluso perdió una beca. Toda la primaria la hizo en la Escuela Monseñor Ernesto Fiallos #1, de Tegucigalpa. El ciclo común lo cursó en el Instituto Renacimiento; posteriormente se graduó en Informática, en el Instituto Católico Hogar de Nazaret.
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A pesar de las limitaciones económicas, el personaje principal de esta modesta narración se las ingeniaba para llegar a sus centros educativos. «Yo me iba caminando y a veces me buscaba jalones en los buses. Vivía aquí por Zonal Belén. Los buses azules del Zonal Belén me dejaban allí por Camosa, después me iba a pie», exteriorizó.
Hasta el sistema sabía su talento oculto
Olvin, durante su práctica profesional, pidió prestada una computadora para hacer el proceso de ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Tampoco tenía teléfono en ese momento.
Comentó que el sistema, al instante de elegir las carreras universitarias, no le daba la oportunidad de seleccionar otras opciones, sólo una profesión. Por ello decidió colocar periodismo a pesar de que también era y sigue siendo un apasionado de las leyes y las artes culinarias.
«Mi segunda opción hubiese sido derecho y mi tercera, quizá, un técnico en alimentos y bebidas», refirió.
Decidido
El joven ambicioso por la divulgación escogió una carrera que iba más con personalidad. Desde que inició, nunca se ha arrepentido.
«Así como otros que empiezan en periodismo, terminan en derecho. Yo no reboté, hasta el sol de hoy no me arrepiento de ser periodista. A pesar de todo lo que implica el desprestigio, para nosotros ser periodistas es parte de eso», aseveró.
Inicios como cobrador del transporte público
La primera vez que se convirtió en cobrador de bus fue en 2017 debido a las interrupciones que hubo en las clases de la UNAH. Es decir, las huelgas más fuertes que tuvo la máxima casa de estudios en ese año.
«Bien, esto fue porque yo había tenido un involucramiento con transportistas. Desde el 2014 caminaba como el asistente del cobrador. Me enseñaron a cobrar algunas veces y a dominar el pisto».
«Por esa toma, yo no tenía nada que hacer y sinceramente estaba en necesidades económicas. Salí y platicaba siempre cuando iba para «La U». Inicié mi carrera en 2017. Platicaba con los choferes. Hubo uno con quien charlaba y casualmente me fui allí a la estación de la 21. Me fui a pedir «chamba», como dicen «al rifón»».
«Entonces él (uno de los conductores) me decía, no, la verdad yo trabajo sólo. Yo ya estaba como arrepentido. De ahí me dijo: vaya pues. Me dio los pesos y empecé. Eso ocurrió en junio de 2017. Me fui desarrollando. Empecé a ganar mi propio dinero. Le había agarrado amor a eso, por eso empecé a descuidar un poco las clases y no metía las suficientes. Metía una, metía dos, a veces no iba», señaló.
El victorioso retorno
Olvin Funes retomó los estudios periodísticos en 2020. Lo peculiar, es que volvió en tiempos de la pesadilla biológica que puso de rodillas al mundo entero, la pandemia del covid-19.
«Soy un hijo de la virtualidad. Pasé todo; era de los más participativos, o lo que otros llaman castrosos«, declaró.
Un aviso de sus pupilos cobradores
Funes expuso que tiene los mensajes y no perdió comunicación con los compañeros de las extensas rutas urbanas. Sin embargo, en vista de los altos índices de violencia, siempre les recomienda ser precavidos.
Incluso develó una de las frases que más lo marcó. De acuerdo a lo relatado por Olvin, lo anunció un individuo que solía estar bajo los efectos del cannabis: «Compa, esta buseada no deja nada, siga estudiando».
Frase: «No hay necesidad de estar en actos ilícitos para salir adelante. Da mucho pesar ver jóvenes y adolescentes que se involucran en actos delictivos. Todo en la vida cuesta. No dejar de soñar, al final todo es un sueño«.
Dato: cubrió las elecciones generales en 2021. Se graduó de la UNAH en el 2023 y ha sido consultor de comunicaciones. Actualmente se desempeña como reportero de Radio Globo.