Tegucigalpa.-Narcos pagaban 10 mil dólares por cada avión que entraba con droga a aeropuerto de Roatán, eso ha salido a luz en juicio de está semana.
Dos ex empleados del aeropuerto de Roatán, Islas de la Bahía han revelado en Estados Unidos cómo opera el trasiego de drogas en esa terminal.
Se trata de Carlos Gonzales, quien es testigo clave en el juicio por narcotráfico contra los sobrinos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El juicio comenzó esta semana y Carlos Gonzales, empleado del aeropuerto Juan Manuel Galvez, declaró ayer como testigo de la Fiscalía norteamericana.
Según reporta este jueves el diario Nuevo Herald.
Los acusados son Francisco Flores y Efraín Campo, criados por la pareja presidencial venezolana.
Y capturados en noviembre del 20015 en una operación encubierta cuando llegaban a Haití.
Carlos González, el controlador de aéreo hondureño, testificó el miércoles.
En su testimonio dijo que él y otro empleado del aeropuerto de la isla de Roatán, trabajaron en un plan en el que estaban los venezolanos.
Dijo que el plan se organizó el 5 de noviembre del 2015. Para recibir el envío, que debía llegar allí diez días después, desde Caracas.
La drogas, dijo González, se descargarían y llevarían a una embarcación rápida que esperaba para llevarlas a la costa de Honduras.
Posteriormente se suponía que la carga se transportaría a México y, por último, a Estados Unidos, dijo González.
Ni Flores ni Campo estaban en esa reunión, reconoció el hondureño.
La defensa objetó el testimonio de González, tras argumentar que era irrelevante toda vez que González nunca se reunió ni se comunicó con los acusados.
González admitió en el estrado ante el abogado defensor John Zach que la primera vez en su vida que vio a los acusados fue el miércoles en el tribunal.
Zach, que a representa Campo, y David Roday, que representa a Flores. Dijeron que González tenía suficientes motivos para ayudar a que los fiscales hallaran culpables a los acusados.
Según el defensor, el controlador aéreo hondureño tenía la esperanza de que le reducirían la sentencia.
González encara una sentencia de entre 10 años a cadena perpetua por su participación en el negocio y en otros complots de narcotráfico que se remontan al 2008.
Además, Gonzalez admitió haber ayudado a que más de 50 aviones cargados con droga aterrizaran en el aeropuerto de Roatán.
Por lo general se le pagaba $10,000 por nave, dijo.
DOMINGO, EL MEJOR DIA PARA ATERRIZAR LA DROGA EN ROATAN
Juan Gómez, otro informante confidencial, también declaró este miércoles para ahondar en los detalles de las narco operaciones en Honduras.
Describió las grabaciones de una reunión celebrada el 6 de noviembre a la que Gómez y Flores asistieron.
González no estaba en ese encuentro, pero otro empleado del aeropuerto, Roberto de Jesús Soto García, sí estaba, dijo.
Soto García, que fue nombrado coacusado. También enfrenta cargos de conspiración para meter cocaína en EEUU y las autoridades están buscando su extradición.
En la reunión del 6 de noviembre, Soto le explicó a Flores que el avión tenía que llegar entre las 4:30 p.m. y las 5:15 p.m. del domingo 15 de noviembre.
Resultaba importante que fuera un domingo.
Se detallo que eso porque es un día de la semana con pocos vuelos. Y muchos de los funcionarios de seguridad de alto nivel no trabajan ese día, dijo el testigo de la Fiscalía.
Además, tenía que ser después de las 4:30 p.m.
Lo anterior debido a los turnos de trabajo, pero antes de la 6 p.m. cuando ya ha oscurecido, añadió.
Soto presionó a Flores de que no podía llegar tarde,
y señaló que el aeropuerto no tenía luces debido a un problema de electricidad.
Fue en ese momento que Flores le aseguró que no se preocupara.
Continuo el relato diciendo que él mismo personalmente estaría controlando la salida desde el hangar presidencial, trascendió en el juicio ayer miércoles.
Soto dijo que él y sus cómplices esperarían por ellos al final de la pista. Sólo les harían falta 20 minutos para bajar la carga y reabastecer al avión para que volviera a despegar.
Soto le sugirió a Flores que llevara cuatro personas que podrían hacerse pasar por turistas.
De esa forma, el avión no despertaría sospechas y podría traer otra carga de drogas cuando regresara a buscarlos.
Los detalles de cómo la terminal aérea de la isla hondureña era el puente de narco operaciones, han salido a la luz en el juicio contra los sobrinos de Nicolás Maduro
