Redacción. Este fin de semana el circuito Yas Marina de Abu Dabi ha sido escenario de una carrera en la que de nuevo hemos estado atentos a las evoluciones de Alonso y Sainz. Pero no por ello íbamos a dejar de mirar de reojo a la subasta que preparó Bonhams en el mismo circuito, y que prometía dar que hablar.
En esta ocasión, lo que la casa de subastas ha llevado hasta Abu Dhabi es el mismísimo Lamborghini Countach 25 Aniversario que condujo DiCaprio en la película El Lobo de Wall Street. Como ves, el coche no es que esté en las idílicas condiciones en las que a menudo sacan los coches a la puja, sino que está literalmente destrozado. Lo que importaba en realidad era su historia, el hecho de haber sido parte protagonista en una película dirigida por Scorsese y protagonizada por DiCaprio. Pero nadie lo ha querido.
Un coche auténtico
Al parecer, el director Martin Scorsese no quiso recurrir a una réplica (como se hace en muchas películas) porque le desagradaba la idea de que alguien reconociera el coche como falso en algunas escenas, lo que quitaba autenticidad a la película. Así que ordenó que fuese un coche auténtico el que fuera destrozado… Una herejía para muchos, ya que de la edición final del Countach solo se construyeron 658 unidades para todo el mundo.
Se trata de una unidad con especificaciones americanas acabado en Blanco Polo con interior en blanco, y durante 3 minutos y 11 segundos protagoniza una escena memorable en la que DiCaprio a duras penas logra entrar en el coche y lo conduce chocando contra todo lo que tiene delante, sin ser consciente de ello porque está bajo los efectos de las drogas.
Dañado a propósito
Lo que muchos cinéfilos quizá no sepan es que el coche apenas si salió con daños superficiales de los golpes que tiene ante la cámara, así que Scorsese pidió que chocaran un coche contra el Lambo fuera de las cámaras y lo golpearan después con un camión con plataforma para infligirle todavía más daños.
Y es así, con su exterior completamente machacado, como Belfort (el personaje que protagoniza DiCaprio) lo contempla por fin tras ser arrestado en su casa, todavía bajo los efectos de las drogas.
Hubo otro modelo
Por cierto, que hubo otro Lamborghini Countach para la grabación de la película, pero en este caso no fue comprado, sino alquilado y la premisa era devolverlo intacto. Este segundo Lamborghini solo sale en pantalla durante 16 segundos y en realidad no era exactamente igual al elegido para ser estrellado. De hecho, carecía de alerón, así que en las escenas en las que aparece le tuvieron que poner el que lleva el coche accidentado, para luego devolvérselo. Y tampoco eran iguales ni el parachoques delantero (este segundo coche lo tenía con especificaciones europeas) ni el volante, que en lugar de ser solo blanco era blanco y negro. Pero estas dos pequeñas diferencias parecieron darle igual a Scorsese.
Que el coche sea una unidad de 1989 o que cuente solo con 11.300 km en su marcador es lo de menos. Según se esperaba, lo importante para haber tenido a los cinéfilos con mayor ‘músculo económico’ en alerta era que el coche podía entenderse como una atractiva inversión. En Bonhams, de hecho estimaban que el coche se vendería por un precio de entre 1,38 y 1,83 millones de euros. Pero quizá no contaban con que a los coleccionistas también les gusta conducir de vez en cuando sus coches, y este es incapaz de rodar en su actual estado.
Detalles incluidos
Pujas en realidad sí habrá tenido, pero tan pequeñas que no han alcanzado la ‘reserva’, que es el precio mínimo por debajo del cual el vendedor (en este caso la productora de la película) no acepta la venta y se vuelve con el coche a su casa. Por cierto, quien lo comprara también se iba a llevar una silla y una chaqueta del director, una gorra firmada por Scorsese y DiCaprio, dos sudaderas del equipo de producción y dos DVD de la película. Todo lo cual volverá a Estados Unidos.
Fuente: Marca