Redacción. Mujer se casa con la Torre Eiffel y le es infiel con una torre alemana. Y es que al ver que su amor era prohibido por la organización que administra y mantiene la torre, buscó una nueva estructura.
Se trata de Erika LaBrie, una arquera estadounidense que en 2008 llamó la atención por casarse con el gran monumento francés y captó la atención del mundo.
En aquel entonces incluso se hizo un documental sobre su historia, pues es uno de los pocos casos documentados de personas que se han enamorado de objetos.
Erika encontró en un jardín público de Montreal un nuevo amor: una cerca pintada de rojo que le robó el corazón.
Historia de amor
Erika LaBrie se casó con la Torre Eiffel en una ceremonia de compromiso e incluso adoptó el apellido “Eiffel”. Pero, años después la supuesta relación perdió fuerza y estabilidad.
Una vez que el matrimonio se hizo del conocimiento público, los operadores de la torre le prohibieron a Erika que la visitara.
Así, Erika se sintió muy lastimada y tras tratar de hacer que su amor se mantuviera, optó por iniciar una relación con una torre alemana.
En entrevista con medios locales señaló: «Ellos piensan que no puedo desarrollar relaciones con personas y que prefiero objetos porque es algo que puedo controlar. Pero, yo no tenía control en mi relación con la Torre Eiffel. Si esto fuera solo sobre control, amaría a mi tostador».
A pesar del resultado, Erika Eiffel aseguró que no por estar en una relación con un objeto, la ruptura no era dolorosa, sino todo lo contrario. Igual se pasaba por las etapas de duelo y era un proceso muy difícil.
Erika asegura que también se ha enamorado de aviones de combate, el deporte de esgrima, una guillotina y hasta una grúa.
Condición
Amy Marsh, sexóloga clínica, indicó en el 2010 en el Diario Electrónico de Sexualidad Humana, que estos casos se habían presentado tanto en mujeres como en hombres.
Aunque se creía que era una enfermedad, una patología asociada a traumas personales, no había datos para sostener esa idea. Marsh indicó que aunque sonara muy extraño, era genuinamente un tipo de orientación sexual y que cuando se admitía de forma pública, era difícil de asumir para sus seres cercanos y en general.
Consecuencias
En el caso de Erika Eiffel, ella fue desheradada por su madre, perdió a todos los patrocinadores de su labor como arquera y ha recibido un sinfín de burlas.
“El mayor dolor que he sentido lo provocaron los medios. Tras un año de mi compromiso con la Torre Eiffel, un documentalista se me acercó para conocer la historia, pensé que era amable pero insistía en el aspecto sexual de la relación”.
Fue entonces cuando Erika sanó su corazón con los restos del Muro de Berlín. (SoyCarmín)